He salido a caminar, amenazado entre pared y vereda. Pese a todo vas conmigo. Ni lluvia ni truenos pueden apagar tu voz. Solo el señuelo del acordeón y las letras de tu canción me agobian.
Puedo respirar.
La memoria de tu manos trazando una bendición en el aire me alumbra la vida.
Y una palabra.
Una palabra lo es todo en estos tiempos. Una palabra puede ser la vida, puede serlo todo. Puede trasuntar la agonía.
Una palabra tuya, no importa cuál, que me devuelva la luz. Que alcance para despertar, que anime y provea. Después, ya podré sentarme a la mesa a ver humear mi plato.
Así se ve la casa.
En el patio ondean tus vestidos, tus cabellos, los lirios, el gozo que derramas cuando llega el sol. Ante la cocina las orquídeas han dejado de entristecerme con su presencia y ahora conllevan tu nombre.
Dentro de mi sueño, yo y mis pesadillas.
Así se ve la casa.
En el patio ondean tus vestidos, tus cabellos, los lirios, el gozo que derramas cuando llega el sol. Ante la cocina las orquídeas han dejado de entristecerme con su presencia y ahora conllevan tu nombre.
Dentro de mi sueño, yo y mis pesadillas.
Afuera, tú y el insomnio.
DE: Y ENTONCES Derechos Reservados Copyright 2020 de Rogger Alzamora Quijano
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