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domingo, 29 de marzo de 2009
A LA RUPTURA
Tu otra mano borró lo que hizo la izquierda.
Ya no hay algodón ni cielo en mis ojos bobos.
No hay miel ni frutas en mis labios torpes.
No hay luz ya no hay paz ya no hay más.
Ni cuadrante ni círculo ni teorema.
Ni abrigo ni calma ni consuelo en mis brutas palabras.
Mi otra mano trazó el tristango.
El bandoneón no volvió atrás
ágil y enrevesado taciturno como es.
Volando cual pluma de espuma olvido.
DE: versos conversos Derechos rservados © 2004 Rogger Alzamora Quijano
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sábado, 21 de marzo de 2009
ATARDECER DEL CINCO DE MAYO
El atardecer del cinco de mayo vio el último brillo de la moneda: un trozo de hombre. Vano valor y quizá maldad. Miseria empozada. Larga.
Brecha obscura donde lo infinito parece cercano.
Ya no llovieron las mágicas risas. Todo se tiñó de arenal y desierto,
La niñez de mucho color se hizo pálida. La música fue partida por el silencio.
El espasmo mató la digestión.
El atardecer del cinco de mayo.
Buscar piedras en la orilla no es buscar la orilla. El horizonte a veces es el poniente. La confusión certeza. Y viceversa. El atardecer del cinco de mayo, un día después de haber desenfundado su esperanza, caía víctima de sus propios afectos.
Pero la conciencia súbita del último instante le trajo guirnaldas que coronaron su osadía. El terco golpeteo de su insistencia le valió el postrero premio que se llevan sólo los combatientes que no le temen al ridículo y desafían permanentemente la ley de la gravedad.
Desde entonces no quedó más que la aurora.
También exhausta.
Que duró hasta que hubo que emprender el viaje sorpresivo, dejando en bandeja la cabeza decapitada de la esperanza, pero llevándose el trofeo intangible y definitivo: pudo sentir finalmente el abrazo de su hijo.
DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2009 Rogger Alzamora Quijano
viernes, 13 de marzo de 2009
BLANCA VARELA NO HA MUERTO
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Como quien pinta un cielo rebosante en plato vacío, Blanca Varela ha partido con una sonrisa.
Blanca no ha muerto, la muerte no podrá con ella. Cada día, cada verso, la llevará a caminar por el espíritu que ella misma cultivó por nosotros. Blanca Varela se ha ido a paso lento. Se ha marchado sólo para dejarnos un camino lleno de letras, de versos, de exquisita percepción de la poesía. Oler lo ya vivido, oler lo ya escrito, morder el magro trozo de celeste cerdo y quedar la sustancia de la palabra en el plato.
Blanca, no ha muerto, se ha ido lentamente como vino, pero ahora lleva equipaje..
Bate sus alas y desaparece.
Curriculum vitae
digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.
miércoles, 11 de marzo de 2009
A LA AUSENCIA
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Como la tos que sonó a melodía.
Como la mirada que buscó sustento.
Como la canción azul que encontró el viento.
Moribundas negras tiempo escaso.
Como la tos en la guitarra.
Como la canción azul.
Como el candil de caótico brillo
en la vastedad del silencio.
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Desparramada sobre la cama.
Intento inútil,
abrojos, grillos laxación y lamento.
Guitarra abandono pincel cobardía.
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Necrosis del amor en la ventana.
Coloratura y ocho compases.
Coda buscando silencio cantata sin aliento.
Desprecio silencio minueto.
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Efímero verde ópalo ausente voraz melodía sin armonía.
Atragantada de momentos y sensación del olvido.
Ausencia casto origen voz rota.
Papel blanco guitarra muda.
Pincel ausente.
Como la canción azul de un moribundo día.
DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano
domingo, 8 de marzo de 2009
SOBRE VIVENCIA
Mientras me hacía renacer desde sus caderas y su risa
lo cierto se hizo duda, el abrazo distancia.
La maldición del tiempo comenzó a llover en sus ojos abismo,
inquinas y afrentas degollaron placidez y certezas.
El reloj se detuvo y legó sombra y estío.
DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano
sábado, 7 de marzo de 2009
A LA PERTENENCIA
No conozco náusea adictiva como la mía.
No conozco la oquedad en mi memoria
ni la tristeza injusta ni la muerte absurda.
Ni una madeja para mi cometa,
ni un huerto para mi jubilación,
o una estrella para mi penumbra
sino este otoño contigo y sin ti.
DE: versos conversos Derechos Reservados © Rogger Alzamora Quijano
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