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lunes, 29 de diciembre de 2014
TANIA
Es año nuevo.
Siempre he pensado que el primero de enero es el día más triste del año. Las calles no solo están en silencio, están vacías. Es verano en Lima. El mismo sol de todos los años nuevos: un sol inútil.
He salido. Llevo lentes oscuros, sandalias y sombrero. El silencio contagia, aprisiona, coarta. Habitualmente soy parco. Igual, es demasiado el silencio del año nuevo. Lo peor no es que todo esté cerrado, sino que ni el hambre puede evitar este silencio que aplasta.
Llegan los tibios murmullos de los árboles. No sé si estoy buscando algo o solo quiero comprobar la vacuidad del primer día del año. Los semáforos funcionan para nadie. Cruzo. Hasta podría caminar sin prisa por la pista. Esto no es armonía, como dicen algunos, esto es vacío.
He llegado al parque, donde habitualmente corro. Sólo dos bancas ocupadas de un total de catorce. Vuelvo a contar, son quince. Hay dos parejas de enamorados, distantes una de otra. El mismo ritual: se miran, hablan, sonríen, se acarician, se seducen. Me he quedado parado. Esto mismo solíamos ver con Tania, desde la ventana del séptimo piso del hotel, cada fin de mes. Más abajo flamean las descoloridas banderas que pretenden darle categoría a este hotel de medio pelo.
Un tipo cruza intempestivamente. Rompe mi abstracción. La vida está llena de paréntesis. Nos apartan de la realidad, de la sensatez, de la cordura, de la razón.
Tania.
¿Qué estará haciendo en este momento? ¿Dibujando eses en las arenas de playas ignotas? ¿Corriendo, cual gacela montaraz por las colinas provincianas? ¿Echando vapores de hirviente aliento en las gélidas calles nórdicas? ¿Gastando el tiempo en los pasillos de cines, bares, mercados y hoteles? ¿Buscando en iglesias, mezquitas y sinagogas la fe perdida? ¿Soslayando sus traiciones en puertos olvidados, cruceros absurdos y románticos trenes? ¿Reemplazando sus sueños con falsos afectos?
Suena mi teléfono.
Es Paco. Me dice: ¡Feliz año nuevo!... (Silencio) ¡Hey flaco, desmodórrate! (Silencio).
Piensa que se cortó la llamada, por eso vuelve a decir: Alex, ¿me escuchas?
Le digo que sí, que qué pasa, que para qué me llama.
Paco suelta un improperio. Te llamaba para deserte feliz año. Y cuelga.
Que no joda.
De la colección: EL JUEGO DE LA VIDA © 2014 Rogger Alzamora Quijano
sábado, 20 de diciembre de 2014
SIN HUMILDAD
Desafiante, altiva, esplendorosa. Fugaz como todas pero inmortal.
Real como todas pero única. Soberana de nada, dueña de todo.
Basta tu mirada para sembrar decepción oro oropel, veneno y maldición.
Cuando el tiempo expira lejos de sentenciarte te concedo,
olvidando nuestras caminatas, los cencerros de las vacas, el sol de todos los labios juntos, las frutas las flores y rumores de la encañada, el frío voraz de las montañas, los hoteluchos rojos como sangre de granada,
las yemas muertas de pintura, el hambre y las batallas.
Cuando el tiempo expira relegamos la brisa y las arenas, el mar y los cormoranes,
el valle las estancias y los sueños, el olor fecundo a nogal,
el tacto los espejos y los planes.
Al final resignamos tristeza pobreza y abrazo,
angustia necesidad minutos música versos
y todos los sinónimos de amor.
De: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
viernes, 5 de diciembre de 2014
TEOREMA DE LA SOLEDAD
“Poco sutil en sus venganzas,
cómplice de la opacidad, secuaz del tormento,
adlátere de la nebulosa, abrazo del dolor,
beso que ahorca, consuelo que traiciona,
pierna que disuade, boca cruel,
ojos embusteros, verbo falaz.
Poco de sustento, de patria y libertad.
Todo de fiera voluble, flor venenosa, campo sin eco,
espacio sin azul y sin fondo.
Poco sutil en sus venganzas
noche ácida, silencio páramo y grito mudo,
pesadilla, pánico y urgencia,
penca voraz, cardo y corona.
Infarto de la memoria.
DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
miércoles, 5 de noviembre de 2014
MACHU PICCHU SIDERAL
Hacia el arquetipo de la creación, simetría formas y trazos,
acápite de caprichosas juntas.
Hacia tu nombre, múltiplo de majestad.
Hacia asombro, piedra y acantilado, perplejidad exactitud y traslado. Historia orgullo tristeza.
Hacia la audacia, apellido de Pachacuti.
Victoria sobre el abismo, traje maravilla, visión esplendorosa, caudal de viento, solsticio del asombro.
Gama inagotable sobre el Willkamayu, colores trenzas fulgor piedra.
Danza del viento, clamor de la historia, honra y honor, muros y estirpe.
Hacia el cóndor de piedra y sus alas.
Hacia las escaleras inagotables y las ventanas luz rumbo Qhapaq Ñan.
Hacia Uku Pacha, entre piedra y piedra el hombre.
Hacia el concepto bizarro que te ha creado Machu Picchu sideral.
Hacia la inclemencia del olvido que has vencido.
Sol a sol, orquídea y roca, ande plano aire y dominio.
Hacia tus símbolos tesón, valientes incógnitos, voluntades indomables,
labradores y artesanos, albañiles sin pausa, creadores míticos de mundos insondables.
Hacia el sollozo y el orgullo.
Hacia la reflexión y el regocijo, la magnitud del paisaje, tu hombro Wayna Picchu.
Palpando la tarea, revelando oprobio e injusticia.
Sintiendo el reproche sobre grama y neblina, abismo portentoso.
Sobre terrazas y tambos, sobre tu cosmogonía.
Sobre quipus y amautas, uncus y ojotas.
Sobre lo Inverosímil, Magnífico, Fastuoso, Meseta de Arañas.
Manto de berilo engarzado, como un puma de nostálgico silencio.
Puma estupefacto, olfato infinito, árbol indescifrable y luminoso, alquimia y tenacidad.
Azul Machu Picchu de ocasos ornamentales, plenitud opulencia coyas y llameros.
Azul magistral, arquitectura y voluntad, sencillo parco aullido infinito, azul incandescente, azul generoso.
Flor organdí pétalos sin fin, aromas pétreos tallos abismales,
verdes indecibles, marrones légamo, blancos incógnita, amarillos perdón.
Color riguroso, color definitivo. Ciruelos de azote y exceso.
Grutas y aposentos, campos caminos.
Desfiladeros, escaleras desafiantes.
Piedra sobre piedra, mazorcas homogéneas,
Machu Picchu sideral solar epicentro,
lucero vasto en las montañas cuchillo.
Altura infinita, espuma y relámpago.
Hacia el arquetipo,
Machu Picchu sideral, caricia y espina.
DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
sábado, 11 de octubre de 2014
CANTANDO A DIOMEDES
«Donde habite el olvido
En los vastos jardines sin aurora
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas..»
Luis Cernuda
Fue una tarde caótica.
Un viernes en que la oficina hervía de vendedores. Todos ajustaban sus cuentas, llamaban a clientes indecisos para cerrar algún trato en la hora nona. Iban y venían, sudorosos y angustiados. Como todo fin de mes.
- Buenas...
Entró sin esperar respuesta.
La había visto antes. Era la colombiana, Gerenta de Ventas. Rosada, ojos verdes, sonrisa cáustica, cabello amarrado, falda breve.
Se sentó y sutilmente sugirió revisar ciertos contratos rechazados por el Departamento de Verificaciones.
Así empezó la historia, medio en serio, medio en broma. Tal vez por eso se acostumbraron a la confusión. Entre las confrontaciones laborales y sus coqueteos, hubieron de reinventarse a cada minuto, uno tras otro y peor episodio. Distancias abismales que el amor no lograba soslayar. Sentimientos insoslayables que se agazapaban siempre tras algún vallenato de Diomedes. Cantaban y silbaban la voz del Cacique de la Junta y el acordeón de Juancho Rois. Era natural y tenía muy mala voz, pero él adoraba ese descaro. No había otra opción. No cumbias, no huaynos ni valses ni festejos ni marineras. Valledupar y el Magdalena le salían por los poros.
Para diciembre la tragedia fue inevitable, excepto por unos cuantos devaneos en aquél alérgico rincón de San Borja Sur. Luego de eso poco y nada. Era tan linda como intransigente. Y tenía razón. Él no renunciaría a nada por su causa. La adoraba, pero nada más.
Aquella tarde de viernes de cierre de ventas, le citó a tomar un café. Usó su mejor sonrisa. Cuando estaban frente a frente, le pidió las llaves del departamento. Él no se sorprendió. Dos meses después, entre tumbo y tumbo todo terminó. Tal como empezó, medio en serio medio en broma, y cantando a Diomedes.
Cinco noches para decir adiós. Cinco más para volver a intentarlo. En diez noches, ella siempre se durmió. En esas diez noches, él nunca.
DE: "EL JUEGO DE LA VIDA" Copyright © 2014 Rogger Alzamora Quijano
jueves, 9 de octubre de 2014
EL PEDIGRÍ DE MODIANO
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Desde hoy Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, Francia, 30 de julio de 1945) ya tiene pedigrí. Ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2014.
Cuando era cada vez más creciente el número de sus detractores y críticos; cuando los catálogos editoriales con su nombre en las librerías, por ejemplo de España, se habían reducido notoriamente, la Academia Sueca ha sorprendido a todos, y ha sorprendido –estoy seguro- también al propio Modiano con el premio. Sus novelas cortas, su nítida prosa de personajes sombríos casi subterráneos, sus escenarios grises (por lo general en la posguerra), no han sido precisamente lo más mediático ni popular en estos tiempos. No sé las razones, pero estoy seguro de lo que digo. Hoy las editoriales españolas tendrán que desempolvar sus títulos y anteponer la buena lectura al mero negocio.
El lugar de la estrella (premios Fénéon y Roger Nimier); Los bulevares periféricos (Gran Premio de la Academia Francesa); La calle de las tiendas oscuras (Premio Goncourt), Dora Bruder, Las desconocidas , Joyita, Barrio perdido, Un circo pasa, Accidente nocturno, En el café de la juventud perdida son algunas de las obras ineludibles del escritor francés.
Un París de tierras de nadie, una vida azarosa, desarraigada y muchas veces dramática no han dejado, sin embargo, huellas de lamento, desconsuelo, venganza o reclamo. Más aún, no parece importarle. No parece afectarle. No se deja conmover por sus dramas:
“Dejando aparte a mi hermano Rudy y su muerte, creo que nada de cuanto cuente aquí me afecta muy hondo. Escribo estas páginas como se levanta acta o como se redacta un currículum vitae, a título documental, y seguramente para liquidar de una vez una vida que no era la mía. Sólo es una simple y fina capa de hechos y gestos. (…) Y, no obstante, mi vida no era exactamente eso. Uno tiene la impresión de que todavía no puede vivir su vida de verdad y de que es un pasajero clandestino (…). Mis padres, dos mariposas extraviadas e inconscientes en una ciudad sin mirada. Las temporadas de grandes turbulencias traen consigo frecuentemente encuentros aventurados, de tal forma que nunca me he sentido hijo legítimo y, menos aún, heredero de nada. (…) Soy como un perro que hace como que tiene pedigrí. Mi madre y mi padre no pertenecen a ningún ambiente concreto. Tan llevados de acá para allá, tan inciertos que no me queda más remedio que esforzarme por encontrar unas cuantas huellas y unas cuantas balizas en esas arenas movedizas, igual que nos esforzamos por completar con letras medio borradas una ficha de estado civil o un cuestionario administrativo”.
La vida inestable (sus padres se separan muy pronto. La madre lo deja durante la infancia al cuidado de personas ajenas, como los porteros de la casa, luego con una amiga. Finalmente van, él y su hermano, de internado en internado, ella misma (su madre) en bancarrota y dependiendo simultáneamente de lo que le proveían sus amantes ocasionales o de la pensión que exigía al ex marido; el padre preocupado por mantenerlo a salvo de las tentaciones, pero también de él) desemboca en sus letras con desparpajo y hasta en cierta forma de comprensión: “A veces, como un perro sin pedigrí y muy alejado de la mano de Dios, siento la pueril tentación de escribir negro sobre blanco y con todo detalle cuánto me hizo padecer con su dureza y con su inconsecuencia. Me callo. Y se lo perdono. Todo queda tan lejos ya…”. O la nostalgia por su padre: "Llevaba diez años sin tener noticias suyas y supe de repente que se había muerto". Y para su madre unas pocas letras desabrigadas: “una chica bonita de corazón seco”.
Pero su afán de emanciparse con la literatura emerge nítido: “En las horas bajas del día, al volver de la oficina y, muchas veces, en la soledad de los domingos por la noche, me vuelve algún detalle. Me fijo mucho e intento reunir más y anotarlos al final del cuaderno de Bowing, en las páginas que se quedaron en blanco. Yo también empiezo a buscar puntos fijos. Es un pasatiempo, lo mismo que otros hacen crucigramas o solitarios. Los nombres y las fechas del cuaderno de Bowing me resultan de gran utilidad; de vez en cuando me traen al recuerdo un acontecimiento concreto, una tarde de lluvia o de sol. Siempre he sido muy sensible a las estaciones.” (El café de la juventud perdida)
En el universo de Modiano, Dekker, Louki, Carmen Blin, Ambrose Guise, Ghita Wattier, Jean, Victor Chmara o Yvonne son tan evidentes como la Gestapo, la Resistencia o la búsqueda de la imagen paterna. Y todo eso como una incesante búsqueda de la identidad.
Desde hoy Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, Francia, 30 de julio de 1945) ya tiene pedigrí. Ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2014.
Cuando era cada vez más creciente el número de sus detractores y críticos; cuando los catálogos editoriales con su nombre en las librerías, por ejemplo de España, se habían reducido notoriamente, la Academia Sueca ha sorprendido a todos, y ha sorprendido –estoy seguro- también al propio Modiano con el premio. Sus novelas cortas, su nítida prosa de personajes sombríos casi subterráneos, sus escenarios grises (por lo general en la posguerra), no han sido precisamente lo más mediático ni popular en estos tiempos. No sé las razones, pero estoy seguro de lo que digo. Hoy las editoriales españolas tendrán que desempolvar sus títulos y anteponer la buena lectura al mero negocio.
El lugar de la estrella (premios Fénéon y Roger Nimier); Los bulevares periféricos (Gran Premio de la Academia Francesa); La calle de las tiendas oscuras (Premio Goncourt), Dora Bruder, Las desconocidas , Joyita, Barrio perdido, Un circo pasa, Accidente nocturno, En el café de la juventud perdida son algunas de las obras ineludibles del escritor francés.
Un París de tierras de nadie, una vida azarosa, desarraigada y muchas veces dramática no han dejado, sin embargo, huellas de lamento, desconsuelo, venganza o reclamo. Más aún, no parece importarle. No parece afectarle. No se deja conmover por sus dramas:
“Dejando aparte a mi hermano Rudy y su muerte, creo que nada de cuanto cuente aquí me afecta muy hondo. Escribo estas páginas como se levanta acta o como se redacta un currículum vitae, a título documental, y seguramente para liquidar de una vez una vida que no era la mía. Sólo es una simple y fina capa de hechos y gestos. (…) Y, no obstante, mi vida no era exactamente eso. Uno tiene la impresión de que todavía no puede vivir su vida de verdad y de que es un pasajero clandestino (…). Mis padres, dos mariposas extraviadas e inconscientes en una ciudad sin mirada. Las temporadas de grandes turbulencias traen consigo frecuentemente encuentros aventurados, de tal forma que nunca me he sentido hijo legítimo y, menos aún, heredero de nada. (…) Soy como un perro que hace como que tiene pedigrí. Mi madre y mi padre no pertenecen a ningún ambiente concreto. Tan llevados de acá para allá, tan inciertos que no me queda más remedio que esforzarme por encontrar unas cuantas huellas y unas cuantas balizas en esas arenas movedizas, igual que nos esforzamos por completar con letras medio borradas una ficha de estado civil o un cuestionario administrativo”.
La vida inestable (sus padres se separan muy pronto. La madre lo deja durante la infancia al cuidado de personas ajenas, como los porteros de la casa, luego con una amiga. Finalmente van, él y su hermano, de internado en internado, ella misma (su madre) en bancarrota y dependiendo simultáneamente de lo que le proveían sus amantes ocasionales o de la pensión que exigía al ex marido; el padre preocupado por mantenerlo a salvo de las tentaciones, pero también de él) desemboca en sus letras con desparpajo y hasta en cierta forma de comprensión: “A veces, como un perro sin pedigrí y muy alejado de la mano de Dios, siento la pueril tentación de escribir negro sobre blanco y con todo detalle cuánto me hizo padecer con su dureza y con su inconsecuencia. Me callo. Y se lo perdono. Todo queda tan lejos ya…”. O la nostalgia por su padre: "Llevaba diez años sin tener noticias suyas y supe de repente que se había muerto". Y para su madre unas pocas letras desabrigadas: “una chica bonita de corazón seco”.
Pero su afán de emanciparse con la literatura emerge nítido: “En las horas bajas del día, al volver de la oficina y, muchas veces, en la soledad de los domingos por la noche, me vuelve algún detalle. Me fijo mucho e intento reunir más y anotarlos al final del cuaderno de Bowing, en las páginas que se quedaron en blanco. Yo también empiezo a buscar puntos fijos. Es un pasatiempo, lo mismo que otros hacen crucigramas o solitarios. Los nombres y las fechas del cuaderno de Bowing me resultan de gran utilidad; de vez en cuando me traen al recuerdo un acontecimiento concreto, una tarde de lluvia o de sol. Siempre he sido muy sensible a las estaciones.” (El café de la juventud perdida)
En el universo de Modiano, Dekker, Louki, Carmen Blin, Ambrose Guise, Ghita Wattier, Jean, Victor Chmara o Yvonne son tan evidentes como la Gestapo, la Resistencia o la búsqueda de la imagen paterna. Y todo eso como una incesante búsqueda de la identidad.
lunes, 8 de septiembre de 2014
BOCANADAS
Unos pasos más allá distancia y derrotas subrepticias.
Tus palabras aroma a nobleza rezuman sepia nostalgia,
mínimos reproches, dos cuartillas a modo de poema,
bocanadas de esperanza.
Unos pasos más allá los estantes donde enmohece el pasado.
Les temo. No me gustan. Son trampas
hacia los acantilados del recuerdo
donde rompen oleajes de locuras virtuales.
Unos pasos más allá la conclusión.
Es tu sed de vivir como tu hambre de matar.
De: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
jueves, 14 de agosto de 2014
ONOMÁSTICO
viernes, 11 de julio de 2014
EL ADIOS PERTINAZ
"... que te quise y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser"
(JULIO CORTÁZAR, Rayuela)
La foto no miente.
Desafiante, ojos tierra cabello tormenta.
Desafiante, dedos malvados
distracción para el osado artista que ha dominado
un creciente sismo en su cuerpo
al registrar trazo y color en el granulado papel de la memoria.
Cuando eras el vicio de mis ojos, cuando te prodigaba venias
te imploraba una sonrisa, te soñaba y te gastaba
sombra de tu sombra círculo perfección,
me arriesgué a morir a tus pies, mudo para siempre.
Perplejo ante la montaña de color de tu sonrisa y el ineludible designio de tus labios,
ante el cincel de tus uñas en mi espalda,
historia de dolor y gloria, de tenacidad y traiciones sucesivas,
de fragilidad. De odio.
Odio obsesión miedo renuncias musgos de la memoria
jardines vacíos esquivas quimeras.
Adiós pertinaz que llueve implacable.
Piel penumbra fruta rebosante desfiladeros y demás goces,
dedos rosados zapatos ambiguos cuello delicia ombligo gala.
Tus dos caras: ojos de azúcar y dientes de ajo.
La luna se quiebra versus mi duda.
Mi afán por creerte, por salvarte soberana del silencio
vengadora de los sueños faro de los extraviados.
La foto no engaña. Paz tormento canto grillo abandono
luz luciérnaga del bosque sol soledoso y moribundo.
Adiós tierra luminosa campo esperanza.
Todo se ha quemado bajo las costras.
Todo muere con la sombra de tu nombre.
DE: versos conversos Copyright © 2014 Rogger Alzamora Quijano
domingo, 22 de junio de 2014
CULTURA ES COMPARTIR TUS LIBROS
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Quizá les pasa lo mismo que a mí.
Veo en televisión, periódico o revista, a un entrevistado delante de su estantería atiborrada de libros. Parece más una pose superficial, que una posición estética acerca del conocimiento. Puro esnobismo. No me provocan admiración. Parecen avaros que guardan, escatiman y recelan sus libros.
Un buen concepto de cultura exige compartir. Y compartir un libro es sembrar cultura, nuevos horizontes para la vida, conocimientos. Abrir a los ojos del lector mundos desconocidos, conceptos nuevos, distintos. Compartir libros es un deber fundamental en estos tiempos de escasez y encarecimiento, en estos tiempos de desigualdad económica que causará irremediablemente desigualdad cultural. Compartir libros es una necesidad básica, para evitar que los nuevos ciudadanos sean sumisos y proclives a la ignorancia. Solo basta ver cuán inmensa es la cantidad de gente sin acceso a los libros, que encuentran información equivocada o errónea en internet, al no tener oportunidad de acceder a una buena biblioteca.
No se puede ser indolente ante la carencia de los demás, máxime si lo que necesitan es el alimento para la mente y el espíritu. No se puede seguir cerrando los ojos ante quienes necesitan y exigen cultura.
A más cultura, menos criminales, menos guerras, menos miseria, menos diferencias sociales. A más cultura, mayor riqueza, la riqueza inagotable del conocimiento humano.
Para un intelectual, escritor, ensayista o crítico literario de primer nivel, bastarían doscientos o quinientos libros. No va a leer más. No podrá hacerlo por una simple cuestión de tiempo. Hay libros prioritarios, hay libros de cabecera, hay libros insustituibles. El resto, si necesita, pueden ser en formato digital. Entonces, son absurdas las paredes tachonadas de libros. Presumir de poseer ingentes bibliotecas personales es una moda cada en desuso, obsoleta, exagerada, huachafa, venida a menos.
Por otro lado, en un mundo cada más desprotegido por la devastación de los bosques, se sigue practicando y promoviendo la obsesión por las bibliotecas privadas, copiosas, fastuosas. La cultura -escasa para la mayoría- es cara, pero en este caso también es ajena.
Si acumular dinero es avaricia, acumular libros es mezquindad. Es incomprensible que intelectuales cultos, eruditos e intelectuales, actúen como si la cultura fuese un derecho exclusivo de ellos.
La pirámide de la distribución de libros en el mundo tiene en la base cientos de millones de gentes sin libros, y en la punta de la pirámide unos pocos dueños de grandísimas bibliotecas privadas. Bibliotecas que significarían, para los que se encuentran en la base, mayores conocimientos, más aprendizaje, mejor comprensión de los problemas del mundo y -en consecuencia- mejores posibilidades de encontrar soluciones.
¿Tiene sentido acumular libros, mientras hay gente -en su mayoría niños y jóvenes- hambrientos de cultura y conocimiento?
EL FUTURO DE LOS LIBROS IMPRESOS
Como todo buen romántico sesentero, no voy a negar que también para mi es delicioso leer un libro impreso, además de ser una experiencia sensorial. Sin embargo, es más importante coadyuvar en la conservación del planeta. Todo papel viene de un árbol. Cada libro impreso empeora el calentamiento global. Con los millones de libros que se imprimen diariamente en todo el mundo es fácil imaginar la cantidad de árboles que pierde el planeta por esa razón.
Si uno de los principales objetivos de un autor es escribir para ser leído, entonces no debería importarle si lo hacemos en formato digital. Existe, además, el soporte de mega tiendas y catálogos virtuales: iTunes, iBook, Amazon, Barnes & Noble, Google Play Books, Lulu, etc. Es cada vez mayor el número de lectores de libros electrónicos, y su popularidad va en aumento.
AUTOEDICIÓN, UNA ALTERNATIVA INTERESANTE
Una herramienta interesante es la autoedición, pues con ella sólo se imprimen los libros a pedido. Es común ver apilados en las librerías centenares de libros, de autores que pagaron por la edición o fueron exageradamente valorados por su editorial y que terminaron siendo épicos fracasos de ventas. ¿Es eso racional?
Hay editoriales que buscan hacer caja publicando a autores mediáticos –“divas” de la farándula con escandalosas vidas y locos por alimentar sus egos-. Aprovechan el morbo para vender basura. ¿Para qué despilfarrar papel? El o la morboso(a) que quiera comprar estos libros que lo haga en formato digital.
CULTURA ES COMPARTIR TUS LIBROS
- ¿Tienes demasiados libros? Compártelos.
- Que los libros no languidezcan en las estanterías de bibliotecas privadas.
- No a los acopiadores que prefieren ostentar en vez de compartir.
- Es imprescindible multiplicar los lectores.
- Practica la saludable costumbre de intercambiar libros.
- ¿No encuentras un título en formato digital y sí en físico? Cómpralo usado.
- Descargar un libro electrónico original es muy fácil, inmediato, barato (a veces gratuito) y práctico.
- A menos que sea un libro fundamental para ti, compra un libro, léelo y luego préstalo con la condición de que, después de ser leído, vuelva a ser prestado bajo similar promesa. Así el libro viajará indefinidamente.
Un libro vale por lo su contenido, no importa el formato.
sábado, 7 de junio de 2014
BERLÍN, CARNAVAL DE LAS CULTURAS - KARNEVAL DER KULTUREN
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Diez días antes del gran desfile, la noticia en todo Berlín es el Carnaval de las Culturas. En Berlín, como en la Volksschule, conviven armoniosamente culturas tan disímiles como la latinoamericana, iraní, coreana o libanesa; razas, costumbres, tradiciones y lenguas; objetivos, edades e historias. El gran público toma las calles y puede ver gratuitamente muestras culturales de todo tipo, en un ambiente pacífico y efervescente. Bandas y artistas de todo el mundo llegan a este festival y pueden ser vistos gratuitamente.
Las actividades en Berlín giran alrededor del Carnaval. La fiesta dura cuatro días, incluye un gran desfile con bailes, carros alegóricos y la participación multitudinaria de todos. Grandes empresas auspician grupos, asociaciones culturales y comparsas. Es una forma de resumir la pluralidad de Berlín y su rechazo al racismo, al nacionalismo y toda forma de discriminación. Inclusión es el concepto principal de este evento , cuya primera edición data de 1996. Desde entonces, y aunque el racismo todavía se niega a desaparecer, la población berlinesa la combate y arrincona, la confronta y denuncia. Y Karneval der Kulturen es una muestra de ello. La gente participa de las comparsas, baila con ellas. Se pueden ver a grupos étnicos diversos compartir bailes, danzas, representaciones artísticas y culturales en un mismo espacio. Es muy común ver africanos codo a codo con europeos; grupos musicales o de baile andino latinoamericano integrados por asiáticos y europeos. El Carnaval de las Culturas es heterogéneo. Es un claro mensaje de repudio a los neo-nacionalismos y derechas radicales.
BAJO EL SOL TODOS SOMOS IGUALES
La transculturación, la diversidad, la tolerancia y la inclusión a otras formas del pensamiento, arte, color de piel, lenguaje, religión o ideología, son las banderas que Werkstatt der Kulturen, organizadora del evento, promueve y propugna. El entusiasta desfile inicia entre Urbanstraße y Hermannplatz, recorre Hasenheide, Gneisenaustraße, dobla en Yorkstraße y termina en la intersección con Möckernstraße, en el histórico barrio de Kreuzberg, aproximadamente a las 21:30 y en medio de la algarabía general.
El Karneval der Kulturen es una expresión artística que alimenta la vida cotidiana en Berlín. No hay distingos, no hay excepciones, no hay exclusiones. La Alemania de estos tiempos convive pacíficamente en su generoso territorio que acoge a todos por igual. En Berlín, sus habitantes son ciudadanos del mundo. El Carnaval de las Culturas es la celebración de esa ciudadanía. Cuatro días de homenaje a la tolerancia y el respeto mutuo.
El Carnaval se lleva a cabo entre cuatro invisibles hitos principales: Zossener Straße y Blücherstraße para Eurasia -música asiática y europea-. Tempelhofer Ufer y Mehringdamm junto al puente Zossener, para Latinauta -música latina-. Mehringdamm para Farafina -música africana-; y Bazaär Berlin entre Tempelhofer Ufer y Waterloo Ufer. El clima es amigable, la gente, mesitas para beber cerveza -que junto con caipirinha son las bebidas preferidas-, eventos de teatro, puestas de arte, tiendas de souvenirs, gran variedad de gastronomía de todas partes del mundo, etc. La gente va y viene, conversando, riendo, aprendiendo, compartiendo, reflejando en cada rincón y en cada espíritu la diversidad berlinesa.
Es el Carnaval de las Culturas: la celebración del respeto por las minorías, la solidaridad, el interés y la admiración por sus historias, la solidez de su internacionalismo, la tolerancia por los inmigrantes, el derribo de las fronteras culturales, sociales, religiosas, económicas y raciales.
DE: CUADERNO DEAMBULANTE Derechos Reservados Copyright © 2017 de Rogger Alzamora Quijano
miércoles, 4 de junio de 2014
"BITÁCORA DE LA FELICIDAD"
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jueves, 29 de mayo de 2014
LUZ DE LA MEMORIA
I
El río se hizo leyenda ante el gris de aquél día.
Los puentes perdieron distancia. Las cúpulas lanzaron sus brillos
desde el balcón floreado de ti.
El temprano paisaje emanó bullicio.
Bendita luz de la memoria. Bendita música nostalgia,
y un virulento golpeteo de desdichas dejó en la orilla la migraña recurrente.
La pesadumbre nos emboscó en el puente
cuando íbamos a dejar el candado que exige la tradición.
Tuvimos que pasar sin gloria
quizá porque abrigábamos temor,
quizá por la cercanía de la mezquita,
quizá por los reclamos mudos,
quizá por los agobios del futuro.
Tus ojos se hundieron en los tiempos idos.
Ir hacia el puente fue mucha ansia para poco deseo.
La rojiza tierra no nos dejó sembrar sueños y osadías,
porque ya los patos se solazaban en el frío.
Cuarenta minutos junto al río igual cuarenta fotos para el olvido.
II
El sol nada en el encrespado río y tu mirada en la modesta comarca.
Cantas los versos que escribiera tu padre, una historia de corazones partidos.
El aire enfría como tú. Los perros acusan los límites. Los colibríes beben de tu boca.
¡Se cumple la profecía imposible!
Te observo mirando las cumbres cuando el canto de la inocencia,
cuando la del sinsonte.
No importa el futuro inminente ni la soledad.
Bendita luz de la memoria. Bendita música nostalgia.
III
¿Qué fue de la ciudad de nuestros sueños?
Debo contarte: la piel de las naranjas se hizo gris, los verdes de nuestra casa hoy pintan morado.
La espléndida vista, los tejados rugosos, las calles sinfonía,
las veredas de colores, los supermercados y los bares,
los furtivos cigarrillos que parecían delito.
Todo quedó en el amarillo periódico de ayer que releo con la obsesión de la hora nona. Maqueta del pasado imperfecto.
Todo es conflicto en este recinto, mantel para una mesa vacía, lienzo precario, alfombra distinta, pasillo interminable como la madrugada.
Todo es nostalgia, sol en un alveolo, hojarasca de versos, premura de un presente despiadado y un futuro imposible.
Todo eso mientras te espero bendita luz de la memoria. Bendita música nostalgia.
DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
domingo, 25 de mayo de 2014
WANDOR WINDOR
Como siempre, Wandor Windor era el primero de la fila.
Lo quedaron mirando. Wandor Windor estaba preparado para todas las burlas del mundo. Se alisó el pantalón de polistel marrón sobre los deformes zapatos mientras Pilatos seguía llamando a sus jugadores: hey Batán, aquí; Cacique, Cirujano y Mago. Pilatos, el todopoderoso alero zurdo tenía el ceño fruncido, los aludidos se ubicaban en sus lugares chinos de risa. Wandor Windor caminaba con su habitual desparpajo, en medio de la chanza de lo compañeros y rivales. Un metro sesenta de estatura, para un gigante del arco.
En el otro equipo, El Indio tenía lo suyo. Un equipo de macheteros y rascapiernas que no dejaban pasar pelota ni jugador. Por ejemplo, Lelo, el grandulón tartamudo, estaba encargado de los brutales codazos que te dejaban sin aire para toda la vida. Pero no todo era rudeza. El Indio era el cerebro y quien se cargaba el equipo al hombro. Habilidoso, pericotero, socarrón, macho para aguantar las patadas e igualmente veloz para retrucar la boquilla. Un dolor de cabeza de Pilatos.
El duelo se vislumbraba ardoroso y sucio como siempre. Estaba en juego -aparte de media docena de incacolas- el honor que confrontaba a los criollos huarmeyanos con los cholos lugareños. No era fácil explicar el encono dominical que hace tres años se renovaba en la canchita de la escuela 1700. La rivalidad era irreconciliable.
El nuevo episodio de doce piconazos ante cuatro gatos en la tribuna iba a comenzar. La impaciencia llegaba al límite y la calistenia hervía la sangre. Estaban listos, sin árbitro, sin reglas y sin tiempo. Hasta que el otro tirara la toalla.
Wandor Windor había por fin llegado al arco, contorsionándose al colocar primero una muleta, después la otra. Sus omóplatos le sobresalían en la espalda, su pequeña cabeza rapada se hundía y volvía a aparecer. Su caminar dubitativo y la escuálida sombra que dejaba gotear sobre la tierra muerta, provocaban la burla del público. El Gordo César lanzó un improperio. Ya pues carajo, apúrate, mientras se rascaba la protuberante panza. Wandor Windor ni lo miró. Arrastró por última vez su pierna derecha, se remangó la camisa y se cuadro en la portería. Sus piernas aflojadas por la polio, las muletas firmes bajo sus axilas, sus excesivos huesos. Parecía aún más invencible.
Pilatos se paró en el centro, frente a El Indio. Se miraron a los ojos. Y con un furibundo bote sobre el polvo, comenzó el partido.
Luego de dos horas y media, trece atajadas suicidas, moretón en el pómulo izquierdo, raspones y magulladuras, el rostro grotesco por las barrosas riadas de sudor, Wandor Windor emergió. Primero una muleta, después la otra, se alejó altivo, ante el aplauso de los presentes, que por primera vez premiaban la derrota.
De: EL JUEGO DE LA VIDA Copyright © 2014 Rogger Alzamora Quijano
jueves, 22 de mayo de 2014
EL DESATINO
Tú no mereces ni siquiera un epigrama.
Ernesto Cardenal - Epigramas
Ella andaba por la calle extravío.
Él alistaba telaraña para la solitaria hormiga
harta de olvido.
Adiós amor efímero brillo fruslería,
astuto embustero.
Reina en pedazos petardo caricia,
que por una risa-fotografía perpetró desatino.
Bella apariencia labial rosado cejas perfectas
foto artificio orín champaña retoque soslayo.
Transeúnte de alcobas que salva muriendo,
ahogo tragedia vaso vacío.
DE: versos conversos Derechos reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
viernes, 16 de mayo de 2014
TU VOZ
Mi amor tu amor esperan que la muerte
se roben los huesos, el diente y la uña
Carlos Germán Belli - Poema
Secuestrado por los recuerdos miro el mar y las arenas candentes como tu piel.
El islote enfrente, los niños retozando.
El mínimo significado del tiempo, la inmensidad del quizás.
Tus manos de arena, tus abuelos, tu hermano,
tus padres son apenas una excusa.
Miro tu lengua ágil boca serena,
cabellos sin pausa, hombros sin peso,
danza de contorsiones suntuosas,
palabras sin sensación.
Caminos sin dirección.
¿Dónde está el sonido? ¿Dónde las evidencias, dónde los tatuajes
Todo se reduce a imaginar.
Escuchar al teléfono diosa melodía, tus arpegios.
Y yo torpes graves tosco desatino, milagro y propósito me siento.
Y me siento solo, sin evidencias.
Nada queda. Nada de tu almohada ni de tu cama.
Ni mis pesadillas que se atascan en tramos inconclusos tu abrazo,
pus de tu existencia que me infecta.
Solo la sal de tus mejillas, tu futuro en mis letras esquivas
y tu atinada sentencia.
DE: versos conversos Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
sábado, 10 de mayo de 2014
AQUÉL GOCE PAGANO
Nota del Editor.- Ayer tarde me llegó desde Bogotá, y por gentileza de mi amigo Jorge Luis Villada, el siguiente artículo publicado en EL TIEMPO de Bogotá acerca del cierre de un legendario santuario de la música y la cultura, del que el mismo Jorge Luis me había contado hace varios años: "El Goce Pagano". Como melómano me conmueve el final de El Goce, como aficionado a las letras el siguiente sabroso artículo firmado por Juan Martín Fierro.
ADIÓS A LA RUMBA SALSERA DE SALOMÉ PAGANA
El famoso local fundado por César Pagano hace 26 años cierra sus puertas.
“El cierre de Salomé es triste y casi trágico. Muere una época”, me dijo el periodista Enrique Santos Calderón al saber la noticia.
No es para menos. El fin de Salomé en Bogotá es como imaginar la muerte de La Troja en Barranquilla, o de Zaperoco en Cali. No se trata de un simple bailadero de salsa, que también lo ha sido y muy bueno por cierto, sino más bien de un verdadero espacio cultural, un patrimonio de los bogotanos. Desde sus inicios, marcó una clara diferencia respecto a los locales tradicionales y ofreció una nueva alternativa a quienes buscaban fiesta con cultura. La rumba en esta ciudad no será la misma de hoy en adelante.
En Salomé gozaron por igual ministros y bailarines anónimos, todos unidos alrededor de una causa y una figura: la música con criterio programada noche a noche por su propietario, el investigador, escritor, gestor y periodista César Villegas, más conocido como César Pagano. ¿Por qué se cierra Salomé? ¿Cómo pudo pasar esto?, son las primeras preguntas que le lanzo.
“La zona rosa de Bogotá ha entrado en decadencia, lo mismo que el concepto de rumba que pregonan las nuevas generaciones. Los muchachos han traído una moda de beber en la calle, con todas las consecuencias de aglomeración, que impide la libre circulación; la basura, el vómito, la discusión y la pelea, con policías presentes. Esta inseguridad, desaseo y peligro espanta a la gente tranquila y gozona de la vida, que es mi clientela. El negocio no venía bien y, para rematar, perdimos un pleito que nos obliga a devolver el inmueble; ese fue el puntillazo”, comenta César, que ha dedicado 40 de sus 72 años al negocio de la rumba.
Los inicios de Salomé se remontan a 1978, cuando Pagano se instaló en Bogotá después de probar suerte en su natal Medellín con El Goce Pagano, una marca que con los años haría historia en la noche bogotana gracias al legendario local de la carrera 13 con calle 23, y a otros que se abrieron posteriormente en La Macarena y en la avenida Caracas con calle 74, en el norte de la capital.
“Con El Goce, que fue la antesala de Salomé, podemos afirmar que César Pagano generó a su alrededor un movimiento social que incluyó la literatura, el cine, el video, la fotografía y la promoción de nuevas agrupaciones musicales de salsa. El hecho más importante que provocó fue la participación definitiva de la mujer en la rumba. Se abrieron puertas a un nuevo público de la noche: las mujeres. Mujeres solas, en combo, bailando, poniendo música, bebiendo, proponiendo, seduciendo... Se ganó un nuevo espacio para la expresión de todas las mujeres de los diferentes sectores sociales”, afirma Bertha Quintero, percusionista, creadora de orquestas femeninas y subdirectora de Artes del Instituto Distrital de Artes de Bogotá (Idartes).
En marzo de 1988, cuando Salomé Pagana se instaló definitivamente en el local de la carrera 14 con calle 82, se convirtió en el bailadero preferido de artistas, intelectuales, políticos y estudiantes de todos los estratos y todas las edades.
Bruno Díaz, Juan Manuel Roca, Fernando Quiroz, Gloria Triana, William Ospina, Vicky Hernández, Stella Villamizar, Ramón Jimeno, Antonio Caballero, Mauricio Silva, Jorge Alí Triana, Fanny Mikey y Antonio Morales eran infaltables.
“César incorporó a la rumba salsera, bastante escasa e incipiente en la Bogotá de los 70, ingredientes adicionales al mero disfrute musical en medio de copas, valiéndose de análisis estilísticos, referencias históricas, publicaciones y conferencias. Muchos descubrieron la salsa gracias a César, quien halló en ella su propia razón de ser”, recuerda el actor, cantante y exconcejal Bruno Díaz.
Interminable es la lista de artistas colombianos y extranjeros que pasaron por Salomé. Su programación, en la que había días para la música de nuestras costas Caribe y del Pacífico, para el bolero en los ‘Martes de amarte’ y para disfrutar, a capricho de César, de toda clase de géneros, pasando por la música del Brasil, el tango, el flamenco, la música clásica y el jazz.
Entre los artistas y agrupaciones que brillaron en el escenario o como ilustres visitantes, se cuentan la Orquesta Aragón, Elíades Ochoa, Celina y Reutilio, La Orquesta Original de Manzanillo, Polo Montañez, Chucho Valdés, Diego el ‘Cigala’, Javier Colina, Omara Portuondo, Gonzalo Rubalcaba, Tata Güines y César Portillo de la Luz.
Juan Formell, ese coloso de la música cubana fallecido el pasado jueves, fue invitado de honor con su orquesta Los Van Van a descubrir un mural dedicado a ellos en el segundo piso del local. Por Colombia estuvieron Totó La Momposina, Sofronín Martínez, Teresita Gómez, Francisco Zumaqué, el Grupo Bahía de Hugo Candelario, la Banda La República, liderada por Juan Diego Valencia, La 33 y Yuri Buenaventura.
“César tendió la mano a músicos desconocidos de aquí y de afuera, aportando calidad y novedad a la oferta cultural de la ciudad. Salomé fue prácticamente un consulado de Cuba en Colombia, y cuando se radicalizó el bloqueo a la isla, en los 90, más se empeñó en divulgar géneros como la timba, el son y el bolero”, dice la editora Mabel Pachón.
“Salomé es una prolongación de la casa de César, donde no hay espacio para el mal gusto ni para las modas musicales”, complementa el médico paisa Jorge Arango.
Para el empresario y melómano Alfredo Escobar, “el gran aporte de Salomé fue enseñarnos que la rumba y el buen gusto musical sí pueden ir de la mano. César ha sido más un promotor y un difusor que un simple coleccionista. Desde los micrófonos de Salomé siempre dio crédito a los compositores”.
El Stalin de la salsa
Entre las incontables anécdotas que dejan las noches en Salomé, vale recordar que fueron muchísimos los clientes que se acercaron a la consola de sonido a pedirle una canción a César, para luego regresarse a su mesa (o a su casa) con el ego musical herido.
El asunto llegó a tal punto que Enrique Santos le endilgó a Pagano los remoquetes de el ‘Stalin de la salsa’ y el ‘Enver Hoxha de la salsa’, en alusión a su excesivo purismo musical. La frase de Santos, “pida lo que quiera, que él pone lo que le da la gana”, pronto fue de boca en boca.
Famoso también fue el llamado Comité de Salvación Pública del Oído, que con el respaldo de amigos como Jeannette Riveros, Gerardo Reyes, Orlando Bohórquez, Enrique Santos, Alfredo Escobar, Óscar Orjuela y Bertha Quintero, lideró en los 90 la creación del Fram (Frente Antimerengue), cuya consigna era desterrar el lado más comercial de este ritmo dominicano. Más recientemente, a través del Franreg (Frente Antirreguetón Idiotón), Pagano lideró la última de sus cruzadas musicales.
¿Qué hará Pagano después de Salomé? “Debo cambiar de actividad o hacer énfasis en otras tareas para poder subsistir, pues no tengo pensión de ninguna clase. De momento, seguiré con mi programa radial en Javeriana Estéreo y tendré más tiempo para escribir, investigar y dar conferencias. También quisiera que mis entrevistas a tantos músicos cumplieran una función social en los conservatorios, bibliotecas y facultades de música, complementando la formación de los estudiantes”.
¿Hay manera de que Salomé vuelva más adelante?, pregunto. “No lo descarto, pero no quiero cargar todo el peso solo. Quisiera ser más un director artístico y que otros se ocupen del manejo del negocio como tal. Hay algunas propuestas, pero de momento nada se ha concretado. Ya veremos qué pasa”.
Esta noche, cuando termine una época de oro en la rumba bogotana, Pagano soltará en público sus últimas arengas, rendirá homenaje especial a Juan Formell y a Cheo Feliciano, tocará la campana para incitar al baile, saludará uno a uno a sus amigos y presentará a Son de Millo, el conjunto de folclor Caribe liderado por Carlos Ramírez, y al cuarteto de saxofones de Rogelio Castro. Así se despide Salomé, un bailadero auténtico y sabroso donde todos dejamos un trozo de nuestra propia historia.
Juan Martín Fierro
Especial para EL TIEMPO
lunes, 28 de abril de 2014
SILFRA
Como era previsible hay un territorio adonde se han retirado las aguas de nuestros sueños.
Silfra,
su extrema belleza celeste como tú,
opaco como yo.
Hondura insondable túnel de ruptura.
Henos aquí, vituperados y gélidos.
Musgos sobre melenas de lava en Thingvellir.
Henos en el inhóspito, tan cerca y tan lejos.
Dos continentes de silencio.
De: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
miércoles, 16 de abril de 2014
MIRADA DE EBISU
Ninguno sin mí, el quedado
O el ido en la redor del ciego…
Martín Adán - Aloysius Acker
Aquella enorme soga que nos ata es la pesadumbre y exuda dolor.
He aprendido a estar derrotado, alimentado de prórrogas.
Ni en la estepa se puede estar más abandonado,
ni en el poniente se encuentra sosiego.
Canto.
Canto para escuchar mi voz. Mi voz abatida.
Aplastada por tu disperso encanto
que llueve cada vez menos pero aniega el alma.
Es la soga de Izanagi a Izanami, mediodía en la montaña
donde el viento claudica.
Majestuoso santuario donde confluyen los siete cielos
el primer amanecer de ningún verano.
¿Y qué nos hizo desistir?
¿Acaso una turbamulta de fantasmas?
Es Amenomihashira tan amplia como exige el destino
para ir alrededor del mundo.
Y al término de una infinita vuelta regresar y seguir esperando.
Es la mirada de Ebisu en el mar de la noche.
En el humilde Lago Negro o en el extinto río que brama silencio.
DE: versos conversos Copyright © 2014 Rogger Alzamora Quijano
viernes, 14 de febrero de 2014
ME GUSTA TU NOMBRE
Me colma el cielo, me seduce su temible inmensidad,
más que su color sereno.
Me colma el cielo. Me seduce el infinito,
pero me maravilla tu nombre.
Por ejemplo, la cruz junto a la absurda letra.
Me colma el cielo pero más me inunda y envuelve
pronunciar la mezcla de jubilosas letras
y sinfónico alfabeto.
Me colma el cielo
pero me gusta tu nombre.
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