AVISO IMPORTANTE
Los textos registrados y/o firmados por el autor del blog son de su propiedad. Está prohibido copiar, reproducir y/o usar comercialmente los mismos sin el permiso expreso y por escrito del autor. Cualquier uso no autorizado conlleva delito de apropiación ilegal de la propiedad intelectual. Las citas de otros autores están consignadas en los créditos.
En este sitio se usan cookies. De acuerdo a las leyes europeas, al entrar en este sitio usted acepta el uso de cookies.
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website.
jueves, 28 de mayo de 2009
AL REENCUENTRO
Que volvieras repleta de esa altivez que todo lo abarca.
Que me reconocieras tan mal después de cinco años (luz).
Que no acataras mi celada ni mi beso.
Que te negaras a mi constrictor abrazo.
Que atravesaras los quince metros del pasado
y asestaras la mortal noticia,
no hizo más que atizar mi fuego.
Así acabó tu garabato que quiso ser repudio.
Ya estás sobre mi vida ruinosa, como el ojo del sol.
Soslayándome infamias apatías deserciones.
Estás aquí fruta celeste, celebración del amanecer.
Sin la monserga del odio, sin el tapiz del olvido.
Sin tu garabato que quiso ser repudio.
El amor congeló tus pretextos y demolió tu talante.
Voy a envolver tu escueto contorno
con mi gratitud sobre tu perdón sin olvido.
DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano
domingo, 3 de mayo de 2009
LA DEUDA DEL PERÚ CON OSCAR AVILÉS
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Si hay un guitarrista que representa la música criolla del Perú ese es, sin duda, Oscar Avilés. Cambió para siempre la percepción monótona del vals peruano que se había encasillado en el “tundete”. Le dio fribra y sentimiento basándose en el elaborado uso de los tiempos y silencios. Su trepidante ritmo le imprime a cada uno de sus arreglos un sello particular que ha conquistado generaciones y le da a nuestra música costeña el notable nivel que Chabuca Granda, Felipe Pinglo y varios de los más eximios cultores criollos hubiera querido, como complemento invaluable de sus composiciones. Debemos a Oscar Avilés que nuestra música criolla se mantenga vigente.
El maestro Oscar Avilés recibió premios y condecoraciones nacionales y extranjeras del más alto nivel, haciendo justicia a su capacidad innovadora, calidad artística, aporte a la cultura, etc, etc. Sin embargo, a sus 85 años de edad debe continuar trabajando. Hace unos días, se lo vio visitando varios programas de televisión, junto al también mítico “Zambo” Cavero y a la mejor intérprete criolla que tenemos: Lucía de la Cruz. Promocionaba, dijo, unas presentaciones con los citados. Es decir, Oscar Avilés sigue trabajando. Como cualquier artista (él no lo es) debe promocionar sus presentaciones “peñeras” en la televisión y se expone inútilmente, en lugar de dedicarse a dictar conferencias magistrales, reconocer y aconsejar nuevos talentos o compartir su rica experiencia en programas de difusión de la música criolla peruana. Está desprotegido por el Estado Peruano. Y para ganarse el sustento debe seguir trabajando, a costa de su propio prestigio.
Me pregunto: ¿Algunos de los congresistas ha hecho los méritos de don Oscar Avilés? Ninguno de ellos, estoy seguro, puede mostrar lo que él: más de 70 años difundiendo cultura. Ningún político puede exhibir, como don Oscar, una impecable y honorable hoja de de vida. Y ninguno puede decir que merece una retribución del Estado. Pero como el Estado no le reconoce su verdadero valor, nuestro eximio guitarrista, ejemplar patriota y destacado músico tiene que seguir exponiéndose públicamente en peñas y programas de televisión de dudosa calidad.
Los que no podemos ver impasibles el maltrato a don Oscar Avilés, tenemos que exigirle al Estado Peruano un sueldo equivalente al de congresista, más todos los beneficios que estos gozan, para Don Oscar Avilés, quien ha dado toda una vida por la cultura peruana. Que no sólo sean condecoraciones, sino retribuciones, porque el país debe retribuirle pecuniariamente por lo que "La Primera Guitarra del Perú" ha dado a la consolidación de nuestra identidad peruana. Que pueda tener una vida digna, acorde con su altísimo nivel, calidad, ingenio y talento. Como un acto de justicia, pero también para que los jóvenes puedan seguir sus huellas, sabiendo que al final de sus vidas tendrán el reconocimiento nacional y una vida más que decorosa y lejos de carencias materiales.
Aunque se dirá que esto es pedirle "peras al olmo", es un deber de conciencia que no puedo callar.
Aquí una clase magistral del maestro:
Y esta es una inigualable interpretación del maestro, cuando formaba parte de Los Morochucos. Prestar atención a la primera guitarra, profundamente emotiva. Así tocaba el maestro Oscar Avilés. Por eso es "La Primera Guitarra del Perú".
Suscribirse a:
Entradas (Atom)