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domingo, 19 de abril de 2020
PRODUCTO GARANTIZADO
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Después de diez días se acabaron las provisiones.
Desde la última vez que saliste han cambiado mucho las cosas. Los muertos se multiplican, los contagiados mucho más, las tragedias te conmueven (¿llegará el día que ya no lo hagan?). Debes tomar todas las precauciones. Sólo confiar en lo que tú haces para escapar del virus maldito. Nadie -tampoco el Estado- va a mover un dedo si te contagias.
Desconfía de todos, del transeúnte en las calles, en la fila de los supermercados. No hables con nadie. Nada directamente. Si preguntas algo, te responderán con muecas o mímicas. No te mirarán, no te querrán cerca (y nunca estarás demasiado lejos).
Luego de tres horas de hacer la fila, cuando por fin te toca entrar al supermercado, sientes que te empuja la necesidad y el miedo te aplasta. Debes comprar rápido, al precio que fuera, donde no haya demasiado tumulto, concentrarte en no ponerte las manos en la cara, de no apoyarte, de no permitir que el otro se aproveche de tu prudencia para despojarte de los tomates o las espinacas. Todo eso mientras miras, cotejas, tachas o eliminas de tu lista de pedidos, escrita en papel o en el celular (aquí, además debes pelearte con la pantalla que no reconoce tu tacto velado por un guante de látex).
Pagas y te vas. Cuando llegas a casa, debes activar los demás protocolos, al entrar, al abrir la puerta, al cerrarla. Caminar cuidadosamente y despojarte de tu vestimenta, quitarte los zapatos, desinfectar todo lo que haya sido tocado por los dependientes y cajeros. Una hora después, todavía sigues remojado en cloro y detergente, trapeando el piso por donde entraste. Después, completamente extenuado, deberás entrar a por un largo duchazo que te asegure completa asepsia.
Nunca imaginaste que China pudiera ser capaz de producir algo tan jodidamente duradero.
¿Parece chiste? Pues no lo es.
De: CRóNICAS EN LA PANDEMIA Derechos Reservados Copyright 2020 de Rogger Alzamora Quijano
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Completamente cierto, pero además ya no sabemos cuánto de lo que dijo China es cierto y cuánto es mentira.
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