domingo, 8 de septiembre de 2013
CUSCO, MACHU PICCHU, HUAYNA PICCHU EN 10 DÍAS
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Cusco y Machu Picchu son Patrimonios de la Humanidad desde 1983, por la UNESCO.
El Santuario Histórico de Machu Picchu (Montaña Vieja) es desde 2007 una de las "7 Maravillas del Mundo Moderno"
Actualización del autor: Después del viaje narrado en esta crónica, he ido al Cusco al menos una vez cada año. Para mí Machu Picchu y Cusco son, histórica y culturalmente, únicos en el mundo. Sólo hay que detenerse a imaginar la obra de los incas paso a paso, piedra a piedra. A mi crónica del año 2013 no le quito ni una coma. Añado sí la actualización de mi visita a Wayna Picchu y la recomendación -especialmente a todo peruano(a)- de que es imprescindible visitar Cusco y Machu Picchu más de una vez -y Wayna Picchu al menos una vez en la vida- solo hay que contar con una condición física aparente para la escalada.
Más abajo, no dejen de ver mi video testimonial Escalar / Climb to Huayna Picchu.
CUSCO Y MACHU PICCHU, EL PLANEAMIENTO ES IMPORTANTE
Conocer Cusco, Machu Picchu, y todo el circuito turístico alrededor es prioritario para todos, pero especialmente para los peruanos y puede ser más fácil y cómodo tomando algunas precauciones. Yo no tomé varias, lo admito, pero ese hecho motiva la siguiente crónica, que contiene información importante para un turista nacional promedio, como yo.
Tip 1: Si eres turista nacional lleva sí o sí tu DNI, te ahorrará mucho dinero.
Comprar el pasaje en avión es una buena idea, y mejor si se hace con anticipación. Dos o tres meses antes del viaje los precios pueden ser económicos para los peruanos, incluso más que ir en bus. Yo compré por cincuenta dólares ida y vuelta. Viajando en avión gané tiempo, porque salí de Lima a las 7 am y al borde de las 9 am estaba ya en la ciudad imperial, que me recibió con un agradable clima de 24 grados centígrados.
Tip 2: Es preferible visitar Cusco, en lo posible, entre la segunda semana de Mayo y tercera de Julio, si deseas comodidades y cumplir todos tus objetivos. Desde la última semana de julio hasta la segunda semana de Septiembre (y aún hasta noviembre, cuando comienzan a aparecer las lluvias) turistas extranjeros y nacionales -colegiales en viaje de graduación incluidos- convierten el circuito en una despiadada pugna entre oferta y demanda. Yo elegí la tercera semana de agosto, entonces tuve algunos problemas.
Día 1.- Apenas llegué al aeropuerto de Cusco, tomé un taxi en el exterior. Le pedí al taxista me llevara al Paradero Pavitos. Me cobró 5 soles. De allí abordé una minivan hacia la ciudad de Urubamba, a menos de dos horas de Cusco, en pleno Valle Sagrado de los Incas, por 10 soles. Allí comencé a sentir la paz, encanto y belleza del paisaje. No me canso de celebrar mi decisión de haber elegido el Valle del Urubamba como base (por 40 dólares la noche incluido desayuno) para pernoctar y desplazarme. Todo está muy cerca y cuenta con buenos y fáciles accesos.
Tip 3: Aunque en ningún lugar del planeta se puede estar libre de delincuentes, puedo decir que -tomando precauciones- Cusco es una ciudad segura.
Día 2.- A Ollantaytambo. También en minivan (o Starex, como algunos las llaman), por 4 soles. El recorrido es excepcional, inolvidable, relajante. Compré mi Boleto Turísitico(BGT). Hay varias opciones: General: 130 soles; estudiantes extranjeros y turistas internos: 70 soles; estudiantes nacionales -con carnet válido-: 40 soles; y cusqueños y residentes -con ubigeo en el DNI que consigne Cusco como lugar de votación-: gratis. Yo compré el de 70 soles, válido por 10 días, en la misma boletería de ingreso a la ciudadela de Ollantaytambo. Con ese mismo boleto, además, se puede ingresar a 16 lugares de interés, en Cusco y el Valle Sagrado (varios de los cuales yo había elegido como prioritarios: Ollantaytambo, Pisac y Chinchero).
Las magníficas ruinas de Ollantaytambo con su glorioso pasado inca deslumbran de inmediato. El largo ascenso muestra asombrosos rastros de la orgullosa raza inca. Ollantaytambo requiere al menos tres horas para visitarlo. Yo me regalé cinco. Siempre he preferido la calidad de tiempo a la cantidad de destinos. Ollantaytambo merece ser visitada en detalle, con tranquilidad y atención.
Luego de regresar a la ciudad, almorcé en un lugar con una espectacular vista del río, después caminé las angostas callecitas de la ciudad. Piedra e historia en armonía con clima, naturaleza y silencio-. Al filo de las seis regresé a Urubamba.
Día 3.- A Ollantaytambo, para conseguir mi boleto hacia Machu Picchu. Allí recibí mi primera alerta: el dueño del hotel me dijo la noche anterior que no iba a ser tan fácil. Me dirigí a PERURAIL –a unos trescientos metros de la plaza de Ollantaytambo- que es la empresa de trenes hacia Machu Picchu que dispone de vagones para el turismo interno llamados "Tren Local": 20 soles ida y vuelta. Hay además otras clases de vagones en esta empresa, generalmente para turistas extranjeros: Expedition, desde 124 dólares ida y vuelta, sale una vez al día desde Cuzco y Ollantaytambo; Vistadome, desde 220 dólares ida y vuelta, sale una vez por día, vista panorámica, aire acondicionado, calefacción, etc., y Hiram Bingham, desde 600 dólares ida y vuelta, de lujo. La otra empresa, Inca Rail, tiene clase Turista y Ejecutivo, desde 150 y 250 dólares respectivamente ida y vuelta, y Primera Clase, desde 300 dólares, su servicio más costoso. Hay vagones especiales para residentes y trabajadores de la zona.
Tip 4: Compra los boletos con anticipación vía internet desde cualquier punto del país. Deberás pagar vía Banco de la Nación. No necesitas tarjeta de crédito. En caso no lo hayas hecho y estés en Cusco te recomiendo comprarlos apenas llegas. Tres días de anticipación para Comprar un boleto de tren estando ya en Cusco es muy poco tiempo. Para entonces tal vez ya no haya disponibles. Las agencias de viajes y los operadores turísticos acaparan a veces más de lo necesario. Este es el mayor problema, dado el momento y la urgencia. Comprar ese boleto de ida y vuelta es el reto para un turista nacional desde la última semana de Julio hasta la tercera de Agosto.
En la ventanilla de PERURAIL me preguntaron si ya tenía el boleto de ingreso a la ciudadela de Machu Picchu. Mi lógica de que podía comprarlo en la ciudad de Ollantaytambo no funcionó, como no funciona la lógica para muchas otras cosas cuando se quiere visitar Machu Picchu. Tuve que ir hasta el Cusco y comprar mi boleto para ingresar a Machu Picchu en el Ministerio de Cultura. Eso, sin embargo, en lugar de una traba fue una oportunidad. Era temprano, podía usar mi BGT para ir a Pisac y Chinchero, de paso a Cusco. Así fue. Tomé una minivan hasta Urubamba, y de allí otra a Pisac donde visité el famoso mercado artesanal, que abre sólo jueves y domingo. Valió la pena. Pisac me significó casi tres horas, y Chinchero otro par de horas más, con almuerzo incluido. De allí a Cusco. Cuando llegué, en el Ministerio de Cultura había tal fila que me asusté. Eran casi las cuatro de la tarde y la atención es hasta las 5 pm. Pero la diosa fortuna acudió en mi ayuda. Rubén, un amigable cusqueño, me tranquilizó: la fila es para quienes deben registrar a sus niños. Desde su tableta reservó mi boleto por internet. Hecha la reserva me acerqué a la ventanilla y pagué. En menos de un minuto tenía mi boleto para Machu Picchu por 64 soles (para extranjeros cuesta 126 soles). Agradecí a Rubén y regresé a Urubamba a dormir. Al día siguiente tendría que ir muy temprano por el escurridizo boleto de tren. El francés me dijo, en el hotel, que por internet se podía conseguir boletos de tren a 130 dólares. Yo descarté de inmediato tal posibilidad. Estaba fuera de mi presupuesto.
Tip 5: El Tren Local sale 5:07, 12:58 y 21:00, de Ollantaytambo a Machu Picchu. Y viceversa: 6:00, 14:55 y 21:30 horas. La ciudadela de Machu Picchu está abierta al público entre las 6:00 y las 17:30 hrs. El acceso a Huayna Picchu es en dos turnos: 7am y 10 am, y requiere registro previo y pago de 24 soles para toda persona nacional o extranjera, pues sólo hay cupo diario limitado.
Día 4.- Muy temprano en Ollantaytambo. Ya la cola tenía unas 20 personas por cada ventanilla. No todos buscaban los mismos boletos que yo, pero sí la mayoría. Mostré mi boleto de ingreso a Machu Picchu al empleado de PERURAIL para convencerlo de extenderme el de tren. Mientras hacía la fila me enteré de que no había boletos disponibles hasta tres o cuatro días después. En efecto, el empleado me lo confirmó tajantemente. Preocupado, mas no desanimado, hice otra vez la cola -para otra ventanilla-. Aquí tuve más suerte. Karina, una amable empleada, me extendió el boleto para el asiento D-43 (¿no era que no había lugar, ni para ir en intermedio?), pero dijo que era imposible extenderme el boleto de regreso. Me aconsejó comprarlo en Aguas Calientes, para eso tendría que hacer cola desde las 3:00 en ventanilla, dijo. No lo dudé, pese a la incertidumbre que eso significaba. Agradecí a Karina y me fui a buscar una buena comida, que me durara todo el día. ¡Tenía ya mi boleto en el Tren Local a Machu Picchu, por 10 soles!
Estuve en la Terminal de trenes media hora antes de la hora. A las 12:58, el tren comenzó a moverse. El recorrido es fantástico, los paisajes hermosos, buen clima y el Río Urubamba discurriendo junto a nuestro tren (ver mi video en VIMEO y en YOUTUBE). Aquí tuve otro golpe de suerte: en el tren conocí a Daniela, una guía de turistas. Me dio abundante información sobre los secretos para hacer turismo en Cusco pero, además, me recomendó con su amiga, dueña de un hotel en Aguas Calientes, para que me reservara una habitación allí, cosa que con el entusiasmo no había tenido en cuenta (de no haber sido así, habría sido imposible encontrar una habitación –que resultó cómoda, limpia y con una excelente vista de la ciudad-).
Hora y media después de haber partido de Ollantaytambo, el tren arribó a Aguas Calientes, la ciudad pequeña pero vivaz y encantadora, que se acurruca sin temor al pie de las enormes montañas que la rodean. Pagué los 100 soles del hotel, tomé posesión de mi habitación (hay hoteles de todo precio -hasta de 550 dólares por noche). Luego fui a la ventanilla de PERURAIL. Fue más fácil de lo que había imaginado: obtuve el boleto de retorno en menos de dos minutos y también por 10 soles. Sólo me quedaba comprar el del bus Consettur hacia Machu Picchu, 30 soles ida y vuelta. Estos salen tan pronto como se llenan (y eso no tarda más de 10 minutos).
Tip 6: Compra una o dos botellas de agua. En Ollantaytambo cuesta 1.50, en Aguas Calientes 3.00 y en Machu Picchu 10 soles.
La subida hacia Machu Picchu es espectacular. A medida que el bus alcanza más altura, las montañas de enfrente se alzan verdes, enormes, señoriales. Veinte minutos o media hora después se llega a la gran ciudadela. No se puede evitar el asombro por lo que se está viendo. La ansiedad apura también por lo que aún falta verse. El clima era perfecto, unos 23 a 26 grados (se dice que puede haber lluvias aisladas). Había que subir y bajar escaleras incas, pero la emoción logra que la experiencia sea única. Pablo Neruda me atizó con su poesía en medio de mi asombro. Quisiera haber podido quedarme más tiempo, quizá esperar la noche en la majestuosa cumbre, pero a las 17:30 los guarda-parques persuaden a la gente a que se retire. Ha sido una experiencia insuperable, pero no completa. Volveré cuantas veces sea posible.
Llegué a Aguas Calientes al filo de las siete. Ya la oscuridad envolvía a la pequeña ciudad, pero su frenético ritmo se podía ver desde cualquier ángulo. Los lugareños y turistas nacionales y extranjeros se confundían en animadas charlas en los cafés y restaurantes, o en plena calle. Danzantes y músicos celebraban el final del día y presagiaban una espléndida noche en la ciudad agazapada.
Tip 7: Si te es posible quédate a dormir en Aguas Calientes. La noche allí es fantástica. La gente se mueve envuelta por la magia del Machu Picchu, de su historia de ingenio, sagacidad, portento y dolor que la increíble ciudad-cumbre simboliza. Una noche en Aguas Calientes es perfecta para cerrar el círculo de ensueño.
Día 5.- Tren a Ollantaytambo. Hermoso amanecer desde la ventana. Hora y media después Ollantaytambo, con sol intenso y aire fresco. De inmediato a Urubamba, a chequear la salida del hotel. Me recibieron con calor familiar. Me sentí de lo mejor. Me había guardado las dos últimas noches para Cusco. Partí hacia allá.
Llegué a mediodía, para almorzar chicharrones en la calle Pampa del Castillo. Delicioso y diferente. Por la tarde caminé por la ciudad y de noche me fui al Centro Qosqo de Arte Nativo (con mi BGT). A la salida, exquisita cena buffet en un balcón con vista a la Plaza de Armas.
Día 6.- Por la mañana, un buen desayuno en el Mercado San Pedro, luego buscar un city tour para, por la tarde, visitar Qoricancha, Saqsayhuamán, Qenqo, Pukapukara, etc. Interesante circuito, pero hay demasiada gente y ello lo convierte más en un negocio que en un servicio o un disfrute. La próxima vez alquilaré un auto o un taxi para este mismo recorrido. Retorné a la capital inca a las 8pm.
Tip 8: En Cusco hay city tours desde 15 soles -incluye guía- y recorren cada uno de los puntos de la Capital Arqueológica de América consignados en el BGT.
ESCALAR HUAYNA PICCHU (ADENDA - 2017)
El magnífico Valle Sagrado de los Incas es deleite para los ojos y el espíritu. Yo acudo cada año a esta zona y prefiero y recomiendo establecerse en Ollantaytambo para alistar mente, cuerpo y espíritu antes de acometer lo planificado. En mi caso, esta vez mi reto era Wayna Picchu.
A sabiendas de la gran demanda para apenas doscientos cupos diarios para escalar Wayna Picchu, dos meses antes reservé online mis boletos. Debo decir que buena parte de los problemas que los viajeros nacionales y extranjeros encuentran en su afán por visitar esta magnífica plaza, y que han sido materia de duras y muchas veces justas críticas a los proveedores de servicios —trenes, buses, boletos—, se producen a causa de la improvisación. Hay que planificarlo todo con tiempo. Elegí la primera quincena de junio para llegar hasta Wayna Picchu y no tuve problemas. Todo funcionó como un reloj suizo.
Tip 1
Si eres viajero nacional y quieres conseguir el tren correspondiente para ir a Aguas Calientes, no esperes conseguir boletos en Cusco. Debes ir a Ollantaytambo a comprarlos. Dirígete a la estación a las 5 am y encontrarás cupos sin problemas. En último caso ve al km 82 y espera a abordar el tren para residentes y trabajadores que pasa por allí aproximadamente a las 13:00.
Dos días antes, al salir de Lima sufrí un esguince y estaba tan adolorido que no podía caminar. Mi ilusión por no perderme esta experiencia me hizo rebelarme y casi de milagro, unas horas antes, al amanecer del día D, me sentí ligero, entero y presto. Cuando salí a la calle pasaba la procesión del Señor de Choquekillka acompañado de una impresionante caravana de danzantes y fieles. Me sumé al fervor con intrínseca gratitud.
A partir del 30 de mayo de 2017 han cambiado las condiciones y horarios de los trenes nacionales, el tiempo de permanencia en la ciudadela de Machu Picchu y la necesidad de contar con la obligación de contar con los servicios de guías. El tren nacional parte hacia Aguas Calientes en solo dos horarios: 10:30 am y 9:30 pm.
Yo abordé el de las 10:30 am, un día antes de mi travesía programada hacia Wayna Picchu. Me quedé en un hotel cómodo, limpio y económico en Aguas Calientes, donde me gusta disfrutar el imponente paisaje del entorno. Esta vez encontré la ciudad sumida en un caos más notorio que antes. La tugurización y el mercantilismo a ultranza hacen presa de esta pequeña ciudad de paso. Para mi no hay mucho que hacer, solo caminar y admirar las montañas circundantes. Hay muchos —demasiados— restaurantes, pero pocos —muy pocos— de calidad.
Tip 2
Hay dos horarios para ascender Wayna Picchu: entre 7:00- 8:00 y entre 10:00-11:00 am. Yo elegí el segundo porque quería tener tiempo soleado y visibilidad. A veces la neblina cubre la montaña a tempranas horas. También es cierto que comenzar a ascender entre 10:00 y 11:00 am nos pondrá a merced del intenso sol, pero la claridad es un factor que bien vale sudor y calor.
Amaneció en Aguas Calientes. El sol iluminó las cumbres sobre un fondo azul fastuoso. Tomé mi mochila con trípode, cámara, agua y casaca cortaviento y salí a desayunar. Eran las 7:20 am . Después de un desayuno con avena y pan con palta en el mercado, me fui a hacer la fila para los autobuses. Había poca gente, así que no tardé mucho en estar sentado en mi asiento. Cuando arribamos a Machu Picchu el reloj marcaba las 9:00 am. Tendría tiempo para un vistazo a la espléndida ciudadela antes de tomar la ruta a Wayna Picchu. Era la cuarta vez que estaba ante el mismo panorama y aún así no pude evitar el asombro y la emoción. El cielo pintaba unas cuantas nubes en un paisaje indescriptible. Al filo de las diez comencé a caminar hacia la puerta de entrada a Wayna Picchu.
Tip 3
No llevar trípode. No hay espacio suficiente en la breve planicie de Wayna Picchu y no es conveniente instalar un trípode limitando aún más el espacio a las personas.
Un dependiente me mostró el libro de control de ingreso y salida, mientras me solicitaba mi boleto. Firmé el libro y me dirigí a cumplir mi sueño. De inmediato un descenso bastante abrupto me recibió como una muestra de lo que se venía. Alguien dijo que todavía era tiempo de arrepentirse. El radical descenso duró algunos minutos en los que me topé con un grupo de extenuados japoneses. Casi no podían continuar. La mayoría de ellos trepaba la escarpada cuesta a gatas. Y yo recién comenzaba. En fin, volví a recordarme que era mi oportunidad. Crucé la breve garganta que une Machu con Wayna. Los que retornaban me alentaban pese al evidente agotamiento físico.
Soy de Aija, capital de la provincia del mismo nombre en Ancash, Perú. Vengo de una comarca donde se acostumbra jugar entre precipicios y acantilados, pendientes, vegetación y abrupto suelo. Aunque salí de mi pueblo hace cuatro décadas, no he olvidado mi abolengo montuno y puedo identificar fácilmente los tipos de suelo, las plantas resistentes, y adoptar la inclinación del cuerpo necesaria para acometer pendientes peligrosas. Eso, sumado a mi experiencia como caminante, me sirvió para tomar un ritmo constante tanto en ascenso como descenso. Es importante no apresurarse ni tratar de competir con los demás. Yo tomé mi ritmo tan pronto como me fue posible.
El camino es en más de 90% una sola vía para subir y bajar, por senderos bastante delgados, lo que exige extremo cuidado. Hay espacio para detenerse a mirar, sentarse, y hasta beber unos sorbos de agua o dar paso a los que van en sentido contrario. En los lugares más extremos o peligrosos hay cuerdas de cable metálico confiables, para sostenerse.
El increíble paisaje se abre a los ojos. Yo llevé una buena cámara de fotos, mi mejor música a volumen moderado —más bien bajo— porque es preciso escuchar los pedidos de ayuda, preguntas o cualquier detalle. Mi paso regular se hacía comprensiblemente más lento en las zonas demasiado escarpadas o peligrosas. Ya eran pocos los que descendían y al llegar a la primera andenería me topé con unos veinte que aprovechaban el lugar para tomar descanso, agua y fotos. Yo hice lo mismo. Había pasado una hora diez desde que partí de la puerta a de control. Veinte minutos más tarde arribaba a la planicie principal de Wayna Picchu, después de auscultar las edificaciones que los incas habían construido al borde del precipicio. No pude evitar cavilar que era este el último refugio del inca, en caso su vida corriera peligro. En el argot actual: su búnker. Inexpugnable, panorámico, además de magnífico. Las casi veinte personas que nos encontramos al mismo tiempo en la cima, nos quedamos mudos. Luego reaccionamos para fotografiar, filmar, mirar o simplemente respirar los cuatro vientos. Este es el momento cumbre y hay que aprovecharlo completamente. Hay más arriba un lugar más elevado, pero es esta explanada la que más posibilidades ofrece para disfrutar. Aquí es donde más tiempo se puede uno detener.
Unos minutos y comencé a rematar la cumbre. Yo la llamo “la cima de la cima”. Aquí solo hay rocas. Una de ellas tiene un asiento para la foto de rigor. Desde aquí se puede ver los 360 grados del paisaje. Como dije, este lugar es pequeño y enmarañado de rocas y escaladores que también quieren su foto, así que hay que hacer la fila, la foto y comenzar el descenso. El descenso produce una emoción distinta a la de ascender. Aquí uno se vuelve más reflexivo. Se encuentran distintas razones para reflexionar. La escarpada pendiente probará las rodillas y los músculos durante hora y media de descenso. Al final, después de bajar y bajar, llegamos a la garganta, y cuando creemos que terminó se abre un último ascenso, gradas de piedra, un último esfuerzo. El mismo lugar donde al inicio sentí compasión por el grupo de japoneses. Este tramo es la cereza del pastel. En la puerta de salida, el dependiente entrega el libro, al tiempo que pregunta a qué hora aproximada se ingresó. Hay que firmar la salida y al cruzar la puerta, nos encontramos con Machu Picchu sideral.
Tip 4
Guardar un poco de agua para el tramo final: una subida de al menos 10 o 15 minutos cuando las fuerzas están decayendo.
EL SUEÑO Y LA META
La experiencia de escalar Wayna Picchu colmó largamente mis expectativas. Paso a paso, el hechizo aumenta. El increíble paisaje se mezcla en partes iguales con el esfuerzo de la escalada. Ambas intensas, ambas preciosas experiencias que celebro haber vivido. Nada se compara con tocar, sentir, caminar sobre la historia de nuestra raza inca. Nada se compara con la magnitud del silencio, con el deleite del paisaje; con la sensación de infinito, que va en aumento a medida que se va subiendo. Las escarpadas escalinatas, la brevedad de algunos parajes, la intensidad de la respiración, el sudor y el acelerado latido del corazón, son el denominador común de todos los que acometen este reto. Y al llegar a las primeras edificaciones, muy cerca de la cumbre, la perplejidad y el asombro nos invaden sin que podamos decir algo. Cada piedra colocada para prolongar el abismo, nos traslada hasta los tiempos de Pachacuti, el gran e inflexible arquitecto del incanato. Desde las ventanas se puede ver la inmensurable belleza a los cuatro vientos. El lugar es perfecto para todo tiempo: sol, lluvia o neblina.
Un poco más arriba, la inmensidad en todas sus formas. He visto gente con lágrimas en los ojos, al recorrer con la vista el paisaje. No hay palabras. No son necesarias. Solo mirar, respirar, sentir, imaginar. Es la forma que encontré para proveerme de lo que estaba viviendo. Todo esto sólo cabe en la mente. No hay nada más que pueda contenerlo. Hay y habrá millones de fotografías, videos y testimonios. Nada será suficiente. Los que hemos vivido esta experiencia nunca podremos explicar ni contar tal cual nuestra experiencia. Hay mucho, demasiado para explicarlo con palabras o imágenes. Visitar Wayna Picchu, es como Machu Picchu, cuestión de sentidos.
*Algo más: OLLANTAYTAMBO
Ollantaytambo está ubicado en el Valle Sagrado de los Incas a 80 kms de Cuzco y 40 kms de Machu Picchu, Perú. Es uno de los asentamientos incas más impresionantes, por su enigmático significado, su minuciosa planificación urbana, su impecable arquitectura y su ingeniería hidráulica. Es un pueblo vivo donde algunas de las antiguas tradiciones aún se conservan.
Se ubica en la confluencia del Urubamba o Willkamayu con el río Patakancha; entre los cerros denominados Pinkuylluna y Bandolista. Fue conquistado y re-fundado por el Inca Pachacútec en el siglo XV.
Espero que esta información y consejos básicos te sirva. Es mi experiencia como un turista nacional promedio. Compártelo, y así ayuda a los que necesitan información, para que el viaje a Cusco, Machu Picchu (y Huayna Picchu) sea divertido, espléndid e inolvidable.
DE: CUADERNO DEAMBULANTE - Derechos Reservados Copyright © 2017 de Rogger Alzamora Quijano
ASCENSO AL WAYNA PICCHU 2017 (VIDEO)
Graaacias por los datos. Los anoté todos. Allá voy Cusco!!!!
ResponderEliminarNo conozco esta maravilla y es un tarea pendiente en mi agenda. Gracias por el post, es una invitacion.
ResponderEliminarExcelente info. Gracias.
ResponderEliminar