Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Poner en un cubilete la existencia y echarla a la suerte. Eso parece, pero no. Es mucho más complicado.
Lo que llamamos destino son en realidad vericuetos y estratagemas que encarecen, complican y maravillan con sus extrañas sincronías que confluyen armoniosamente.
Lo inesperado irrumpe en nuestras vidas para que todo parezca repetirse. La rutina es en verdad un aparente calco de sucesos parecidos, uno tras otro, cada día, cada noche. No hay tal. No nos percatamos de invisibles alteraciones que terminan cambiando dramáticamente las consecuencias. Cada día es un triunfo sobre el azar. Los engranajes deberán funcionar perfectamente antes de que cerremos los ojos sobre la almohada. Pequeños milagros pasan desapercibidos ante nuestros ojos y conforman nuestra cotidianidad.
Por eso, cuando empezamos diciendo "buenos días", no imaginamos que tal vez nos espera un pésimo día. No hay manera de sospechar lo que nos aguarda a la vuelta de la esquina, al final de una risotada o del duchazo matutino.
Derechos Reservados Copyright © 2009 de Rogger Alzamora Quijano
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