domingo, 8 de marzo de 2009

SOBRE VIVENCIA



Mientras me hacía renacer desde sus caderas y su risa
lo cierto se hizo duda, el abrazo distancia.
La maldición del tiempo comenzó a llover en sus ojos abismo,
inquinas y afrentas degollaron placidez y certezas.
El reloj se detuvo y legó sombra y estío.
 


DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

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