martes, 23 de diciembre de 2008
DÍA VEINTICUATRO
Si alguien con poca fortuna toma estas letras y las exprime
y siente que el candil de su corazón se enciende,
libremente como la luna, extiéndase sobre el pasto,
cara arriba, mirando fijamente los destinos.
Osas mayores oriones disquisiciones eufemismos
esquizofrenia fatalidad
hasta sentir el rocío sobre los ojos cristalizados,
el sereno paralizante de las cumbres y la oscuridad del silencio.
Si alguien con cero alegrías
recibe la membresía de este barato club del dispendio
no deberá detenerse en la celebración.
Ojo avizor, recalará en la imprudencia y tomará sus riesgos
pulso del azar manija desasida melanoma sin contornos.
En la quimera, si alguien encuentra un rumbo desconocido,
está mentido, ha resbalado.
Es la calle un callejón,
la señal un señuelo,
la risa un retortijón.
DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2008 Rogger Alzamora Quijano
Seguramente muchos más,
ResponderEliminarlo leerán,
lo sentirán
y identificados serán,
muchos son los llamados,
pero pocos los elegidos...
Tu pluma,
tu pienso,
tu sentimiento,
indican que
eres un elegido.
Sólo no estás,
nunca lo estarás.
Creelo, vivelo, sientelo,
escucha tu corazón.
Leí, te sentí y me senti acompañadisima. Un beso grande.
ResponderEliminarAcabo de descubrir en esos versos, no solo un mágnifico poema, literariamente hablando, sino también unos versos fuertes y rotundos, llenos de sensibildad.
ResponderEliminarUn abrazo desde Sevilla.
Triana