jueves, 27 de junio de 2019

FUNDACIÓN DEL FUTURO


Estambul al caer la tarde



Mientras bebemos, el crepúsculo va trazando cárdenos tonos sobre las colinas del viejo Sarayburnu.
Amor mío, las gaviotas han levantado vuelo hacia el inobjetable azul del Mármara, y en mis manos atestadas de ti, siento el gozo de un pan en vasta estrechez.
Vinimos a dejar tu juventud opacada por mis desatinos, los mares de soledad que no merecimos, las almohadas vacías, mis culpas que dolorosamente debemos tragar cada día.
Vinimos a matar y renacer en esta milenaria colina de Bizas. Vinimos a tapizarnos de caricias esmeralda, a arroparnos de besos.
Es el verano. Algunas gasas de humo se levantan sobre las mesas. Los parroquianos se sumergen en ellas mientras ríen como nosotros. Estambul hierve más con el devenir que con los 33 grados.
El amable Ahmed insiste en hacernos una foto. Hay miles como tú y yo, y sin embargo la Istiklal domina. Aquí donde casi nadie habla nuestro idioma, donde no nos conocen, donde nunca habíamos soñado dormir ni comer, perdonar ni trascender.
Vinimos para, entre los amables bizantinos, recuperar la fe.
Vinimos a matar mi pasado y fundar nuestro futuro.



Derechos Reservados 2019 de Rogger Alzamora Quijano

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