miércoles, 1 de junio de 2016

DOS SIGLOS DESPUÉS



Dos siglos después tú en la puerta.
Espléndida. De rosa y rojo, blanca y marfil.
No sé si real, no sé si actual.
Evocando tiempos de bonanza antes de conocerme.
Regresando tácita, lastrando prejuicios y obsesión.
 
Filosa navaja que corta cordura.
Futuro puro que impugno.
Alfiler en la sien. Nudo en la aorta.
 
Y dos siglos después entras en mi casa
un domingo de ramos y de angustia.
Fastuosa mirada que ya no quema. Rosa rojo gris marfil.
Despiadada como un alfil barriendo diagonales.
 
¿Dónde arden las pestañas de tus ojos incendio?
Algo mermó tu orgullo. Algo demolió tu soberbia.
Sin embargo yo te abrazo cual inocuo sol
 
 
desde una esquina de mi memoria
con cierta conmiseración que ya no poseo.
Te cuelgo en la percha del pasado moho gris abandono.
 
Dos siglos después tú indefensa en la puerta.
Yo en la mesa engullendo mi libertad.
 
 
 

DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2016 de Rogger Alzamora Quijano

1 comentario:

  1. El tiempo es irrelevante o el amor es interminable.
    Te leo, te vuelvo a leer, son versos adictivos. No sé si lo agradezco pero me gusta.

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