En mi mano el cuchillo y la herida.
La música y el silencio, el misterio y el trayecto.
Pero, antes de perdonar, me pregunto:
¿Cuántas veces te esperé y cuántas te despedí?
¿Cuántas cosas logramos y cuántas perdimos?
¿Cuántas claudicamos?
¿Cuánto sumaron traiciones y vituperios?
No obstante, la esperanza.
En tu cama, con las llaves de tu risa.
Con la urgencia de tus dedos y el tamaño de tus pies.
Con tu desdén y tu arrogancia entre sábanas de paz,
en mi mano el cuchillo tiembla con ritmo pernicioso
y rompe en pedazos el jardín.
DE:
versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2014 de Rogger Alzamora Quijano
La disyuntiva entre la razón y el sentimiento se ha mostrado entre los mayores conflictos de la raza humana. No se puede decir no, sin habernos arrepentido en silencio. Son los costes del amor, los irreparables daños colaterales. Un gran gusto leer tus trabajos, luego de algún tiempo.
ResponderEliminarUn adiós crudo y directo, que se nutre del amor y el dolor. Recogiendo los cristales rotos van saliendo las palabras, gota a gota. Uno de tus poemas dice: te hice princesa. En este el poeta deja el reino y sabe por qué. Un poema para guardar para la ocasión.
ResponderEliminarLa esperanza es lo último que se pierde, se suele decir. Para mí la esperanza es lo primero que perdí. Sin eso no hubiera sido posible comenzar una nueva vida.
ResponderEliminarQuien quiere olvidar debe comenzar por perder las esperanzas inmediatamente. Es mi consejo y mi experiencia.
La esperanza, nos puede mantener vivos y alimentar nuestras expectativas; se vuelve un tanto peligrosa cuando se transforma en decepción. Para continuar avante, se requiere que la esperanza no se deposite sobre algo o alguien en especifico, sino sobre uno mismo. Lindo texto, como siempre es un placer leerte en la distancia. Saludos, querido Rogger.
ResponderEliminarTristemente hermoso, hermosamente triste.
ResponderEliminarCuando se vitupera, se agrede y se traiciona, lo que queda es el infinito olvido. Nada más.
ResponderEliminarEscribes excelente.