domingo, 22 de junio de 2014
CULTURA ES COMPARTIR TUS LIBROS
Escribe: Rogger Alzamora Quijano
Quizá les pasa lo mismo que a mí.
Veo en televisión, periódico o revista, a un entrevistado delante de su estantería atiborrada de libros. Parece más una pose superficial, que una posición estética acerca del conocimiento. Puro esnobismo. No me provocan admiración. Parecen avaros que guardan, escatiman y recelan sus libros.
Un buen concepto de cultura exige compartir. Y compartir un libro es sembrar cultura, nuevos horizontes para la vida, conocimientos. Abrir a los ojos del lector mundos desconocidos, conceptos nuevos, distintos. Compartir libros es un deber fundamental en estos tiempos de escasez y encarecimiento, en estos tiempos de desigualdad económica que causará irremediablemente desigualdad cultural. Compartir libros es una necesidad básica, para evitar que los nuevos ciudadanos sean sumisos y proclives a la ignorancia. Solo basta ver cuán inmensa es la cantidad de gente sin acceso a los libros, que encuentran información equivocada o errónea en internet, al no tener oportunidad de acceder a una buena biblioteca.
No se puede ser indolente ante la carencia de los demás, máxime si lo que necesitan es el alimento para la mente y el espíritu. No se puede seguir cerrando los ojos ante quienes necesitan y exigen cultura.
A más cultura, menos criminales, menos guerras, menos miseria, menos diferencias sociales. A más cultura, mayor riqueza, la riqueza inagotable del conocimiento humano.
Para un intelectual, escritor, ensayista o crítico literario de primer nivel, bastarían doscientos o quinientos libros. No va a leer más. No podrá hacerlo por una simple cuestión de tiempo. Hay libros prioritarios, hay libros de cabecera, hay libros insustituibles. El resto, si necesita, pueden ser en formato digital. Entonces, son absurdas las paredes tachonadas de libros. Presumir de poseer ingentes bibliotecas personales es una moda cada en desuso, obsoleta, exagerada, huachafa, venida a menos.
Por otro lado, en un mundo cada más desprotegido por la devastación de los bosques, se sigue practicando y promoviendo la obsesión por las bibliotecas privadas, copiosas, fastuosas. La cultura -escasa para la mayoría- es cara, pero en este caso también es ajena.
Si acumular dinero es avaricia, acumular libros es mezquindad. Es incomprensible que intelectuales cultos, eruditos e intelectuales, actúen como si la cultura fuese un derecho exclusivo de ellos.
La pirámide de la distribución de libros en el mundo tiene en la base cientos de millones de gentes sin libros, y en la punta de la pirámide unos pocos dueños de grandísimas bibliotecas privadas. Bibliotecas que significarían, para los que se encuentran en la base, mayores conocimientos, más aprendizaje, mejor comprensión de los problemas del mundo y -en consecuencia- mejores posibilidades de encontrar soluciones.
¿Tiene sentido acumular libros, mientras hay gente -en su mayoría niños y jóvenes- hambrientos de cultura y conocimiento?
EL FUTURO DE LOS LIBROS IMPRESOS
Como todo buen romántico sesentero, no voy a negar que también para mi es delicioso leer un libro impreso, además de ser una experiencia sensorial. Sin embargo, es más importante coadyuvar en la conservación del planeta. Todo papel viene de un árbol. Cada libro impreso empeora el calentamiento global. Con los millones de libros que se imprimen diariamente en todo el mundo es fácil imaginar la cantidad de árboles que pierde el planeta por esa razón.
Si uno de los principales objetivos de un autor es escribir para ser leído, entonces no debería importarle si lo hacemos en formato digital. Existe, además, el soporte de mega tiendas y catálogos virtuales: iTunes, iBook, Amazon, Barnes & Noble, Google Play Books, Lulu, etc. Es cada vez mayor el número de lectores de libros electrónicos, y su popularidad va en aumento.
AUTOEDICIÓN, UNA ALTERNATIVA INTERESANTE
Una herramienta interesante es la autoedición, pues con ella sólo se imprimen los libros a pedido. Es común ver apilados en las librerías centenares de libros, de autores que pagaron por la edición o fueron exageradamente valorados por su editorial y que terminaron siendo épicos fracasos de ventas. ¿Es eso racional?
Hay editoriales que buscan hacer caja publicando a autores mediáticos –“divas” de la farándula con escandalosas vidas y locos por alimentar sus egos-. Aprovechan el morbo para vender basura. ¿Para qué despilfarrar papel? El o la morboso(a) que quiera comprar estos libros que lo haga en formato digital.
CULTURA ES COMPARTIR TUS LIBROS
- ¿Tienes demasiados libros? Compártelos.
- Que los libros no languidezcan en las estanterías de bibliotecas privadas.
- No a los acopiadores que prefieren ostentar en vez de compartir.
- Es imprescindible multiplicar los lectores.
- Practica la saludable costumbre de intercambiar libros.
- ¿No encuentras un título en formato digital y sí en físico? Cómpralo usado.
- Descargar un libro electrónico original es muy fácil, inmediato, barato (a veces gratuito) y práctico.
- A menos que sea un libro fundamental para ti, compra un libro, léelo y luego préstalo con la condición de que, después de ser leído, vuelva a ser prestado bajo similar promesa. Así el libro viajará indefinidamente.
Un libro vale por lo su contenido, no importa el formato.
Dicho esto con toda razón. Llegan tiempos en que almacenar libros está pasado de moda. Muy buen artículo. Aplaudo y lo firmo.
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