¿Dónde estás Rulfo?
¿Sobre la hamaca del desolado patio?
¿Tras el brindis de humo sabroso de tus tejados?
¿En mi Comala de calles secas y padre ausente?
Soy lo que soy y lo que me persigue.
La desolación que veo y toco.
El Macario cotidiano que me conmueve.
El jolgorio de los abrazos. El sillón de los desvaríos.
La tina del deleite. Las sábanas donde me prenden fuego.
Desayunos escasos y renuncias.
Apocalipsis media luz y despojos.
Metáforas de lo imposible.
DE: versos conversos Derechos ReservadosCopyright © 2013 de Rogger Alzamora Quijano
Hermoso homenaje al Maestro Rulfo; entremezclado supongo con vivencias y recuerdos al calor de sus escritos. Saludos Rogger.
ResponderEliminarPrecioso. Una visión distinta del abandono, de la soledad. Siempre hay un objeto inanimado que puede cobrar vida en determinada circunstancia. En este caso un libro. Recordaré siempre este poema.
ResponderEliminarTodos tenemos un libro que es nuestro amigo y compañero de urgencias y vagabundeces. El mío es Los Miserables. Victor Hugo vive para auxiliarme. Es más importante que un plato de comida, es tan indispensable como mis propios ojos.
ResponderEliminarBuscaré a Rulfo, Por lo pronto he leido algo muy interesante sobre él. Gracias por el dato.
Siempre el maestro del relato es agradable compañía. un buen homenaje el suyo.
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