jueves, 20 de junio de 2013

TAXI


Un frío súbito trepó hacia su garganta. Comenzó a temblar. Se incorporó mientras sus entrañas se le escapaban entre las manos. La gente lo siguió. Él pensó por un momento que tal vez estaba soñando, porque sólo en los sueños pueden las gentes verlo a uno caminar mientras se va muriendo.

- ¡Taxi!.. – gritó-. A un hospital, por favor.

El taxista lo miró. Iba a partir, cuando se dio cuenta de que manaba abundante sangre. Frenó en seco.

- Bájese- le dijo.

- Ya manché el auto – dijo él.

- ¡Bájese!

- Le daré mis zapatos, son nuevos y muy caros. Es lo único que tengo, todo lo demás me lo robaron- balbuceó.

- Démelos de una vez – lo apuró el taxista.



DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2012 Rogger Alzamora Quijano

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