AVISO IMPORTANTE


Los textos registrados y/o firmados por el autor del blog son de su propiedad. Está prohibido copiar, reproducir y/o usar comercialmente los mismos sin el permiso expreso y por escrito del autor. Cualquier uso no autorizado conlleva delito de apropiación ilegal de la propiedad intelectual. Las citas de otros autores están consignadas en los créditos.

En este sitio se usan cookies. De acuerdo a las leyes europeas, al entrar en este sitio usted acepta el uso de cookies.
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website.

miércoles, 30 de octubre de 2019

SALSA ROJA Y VINO TINTO




Solía llegar con cuatro tomates rojos y brillantes. Su desfachatez me hacía refunfuñar, pero pasaba a último plano cuando la imaginaba enfrente de su plato. Entonces me transportaba a la inequívoca ciudad de la felicidad, donde todo se reducía a salsa roja, carne y fideos.

El camino había sido largo. Comencé buscando la boloñesa exacta para su paladar, a partir del mío. Más tomates, menos; más zanahorias, menos. Primero con, y después sin, tocino. Tiempo de cocción, intensidad del fuego y algo a lo que no iba a renunciar: la carne previamente hervida en leche —irrefutable consejo de mi abuela—.

Complacerla valió cada intento, cada hora invertida en probar, descartar y empezar de nuevo. Meses en los que tuve ganas de quemar mi delantal. Tirar al tacho la salsa, con olla y todo, y terminar invitándole al mejor restaurante de pastas del mundo.

Tres o cuatro porciones de espaguetis, medio sorbo de tinto. Ese era su ritual. Diez minutos después, dos sorbos de agua, y a caminar por cuarenta minutos al Parque La Cruz.

Desde que se fue, ya no hago espaguetis en salsa boloñesa, pero todavía puedo verla extasiada ante el humeante plato.



Fragmento extraído del libro: Y ENTONCES Derechos Reservados © 2020 de Rogger Alzamora Quijano

martes, 8 de octubre de 2019

PORQUE TODO PASA



Como un abril que se atascó en octubre
por una sinrazón entre música y olvido
que no debió suceder.
Entre piano y pedal que se necesitan y dependen.

El olor del azahar ha dejado su cariz a muerto.
Un paso más y se acabará el calendario.
Porque los calendarios están antes.
Antes que la vida, antes que la muerte.
Antes que la suerte.

Se derrumbará como hoy la luna.
Como cuando sentimos nuestras manos calientes
derritiéndose en la calle congelada.
Nos hemos aprisionado a voluntad
para luego abandonarnos.
Hemos tardado, pero al fin estamos aquí
frente a la patraña de la despedida.

El vidrio se enturbia ante tu desvencijado
rostro. Ya no estoy.
Me había ido hace mucho tiempo.

Dice el vals que las despedidas son muy tristes.
Mientras el guardia inquiere sin convicción,
yo respondo algo o nada,
parado sobre el sofisma que inventé para hoy.

Como la más vasta historia pasa.
Como tú, que te volviste mortal.
Como tus cabellos sobre la almohada
ya no están.
Pasaron.

Como gotas de mercurio,
tus ojos lo horadan todo.
Tu magnífica mirada y tus besos.
Pasa.

Tu desvencijado rostro se evapora
tras el vidrio en el aeropuerto.
Y el mío, borrado y ausente,
también ha pasado ya.

Tu mano deja dedos de agua.
No logro decirte que no me esperes.
Que te mentí.
Que no regresaré.
Que mi promesa pasó
por la misma puerta que la tuya.
Pronto la cuadriga nos destazará y esparcirá.
Y como dos perfectos hipócritas regresaremos a la escena del crimen,
con canciones, colores, vinos, frío, soledades y miedos.

Mas, ya la vida habrá terminado,
como aquel abril que se atascó en octubre
por alguna sinrazón que el destino.
Como aquel piano irremediablemente arrancado de su pedal.

Así va pasando la muerte
cuando te hago adiós blandiendo conmiseración
que parece dolor.

Así pasará, y cuando regreses a tu casa
arrancarás cada trozo de nosotros
y no tendrás tiempo de culparte
para empezar de nuevo.

Habrá pasado la suerte
y no tardará en regresar.

Quedarán impagas nuestras deudas, sin rencor.

Trastabillando, como almas en pena,
pasaremos,
porque todo pasa.
Hasta que pase la muerte.
Porque todo pasa.


Derechos Reservados Copyright 2019 de Rogger Alzamora Quijano