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martes, 1 de diciembre de 2015

AIJA, CIUDAD VIVA





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Aija es una ciudad viva.
No es un territorio olvidado ni un ignoto paraje.
Aija es una ciudad viva
en su gente laboriosa, en sus costumbres únicas,
en sus calles cómplices,
en sus crepúsculos indescriptibles. En su historia.
En la nostalgia por las riadas de enero a marzo.
En sus senderos íntimos. En sus huellas y secretos.

Aija es una ciudad viva en sus esquinas legendarias,
de conciliábulos y carcajadas.
En los collados de Shikin,
en la ventisca de Huancall y su intrínseca convocatoria.
En el hondo Monserrate de verdes encajes,
en la tenue ladera de Yeso y el Gabino Uribe,
raíces de orgullo y atávica sapiencia.

Aija es una ciudad viva en el benévolo Kopin,
teatro del fútbol, señuelo de caminantes,
en su pretérito que decora la memoria
con pencas esbeltas y sinuosas trenzas,
rumbo a Mellizo o al recóndito Boleo.

Aija es una ciudad viva.
Égida arquitectura, vibrato silencio.
Chuchún Punta, cumbre de la inmensidad,
alfombra de espléndidas rashtas,
mishihuetas y siemprevivas, adustas cashas,
deleite del espíritu, chacras generosas,
pastos abundantes, cumbres pletóricas,
cenit azul, sinfonía de paz.
Aija es una ciudad viva en sus cuatro vientos.

Abrazo del pasado perseverante y altivo,
soberano, hermoso, humilde y colosal
vertientes collar de esmeraldas, espléndida vastedad.
Llactún, Huinac, Pachaca, Huancapetí, Imán Macho, Imán Hembra,
Mallqui, Killayoq, Cruz Jirkán, Piruru Punta, Marcacoto,
Yana Weko, Mulluhuanca. Shuntur, Tiran Punta,
Pumacayán, Quishuar Punta, Incatanan, Huacapampa,
Llanqui, Anquilta, Paqos.

Aija es una ciudad viva, no un ignoto paraje.
Sus campos siguen floreciendo, renuevan sus primaveras,
eucaliptos que ondean y murmuran sin pausa.
Ulltus, arash, wewash, yukis y kullkus retozan como antaño.
En Mampaq, Uchku, Sipza, Pescado,
sus bunles convocan osados bañistas, deudores de su linaje.

Si el Río Santiago ya no es ruidoso, prístino, encantador, majestuoso, como antaño,
todavía Aija es el mejor refugio para el espíritu.
Se deja caminar, descubrir, soñar y bailar.
Ofrece el premio de su íntimo silencio.

Aija es una ciudad viva. Adorna el corazón con su sol risueño.
Regala frondosas colinas, mayestáticos arcoiris.
Sus aromas alimentan el espíritu, cuchicanka, huatia, cushara, shinti, papayanu.
Fumaradas sápidas invitan desde los techos.
Aija es una ciudad viva. Aija es un pueblo mágico.


DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2015 de Rogger Alzamora Quijano

6 comentarios:

  1. Gran poema Rogger. Me ha emocionado la descripción de lugares tan íntimos donde pasé mi niñez y parte de mi adolescencia. Yo no nací en Aija, las circunstancias me llevaron allá. Sin embargo, puedo sentir, mirar, descubrir, y sollozar cuando leo lo que has escrito. Aija es el paraíso de mi memoria, el único lugar adonde regreso en mis sueños. Hace muchos años que no voy a Aija, por eso quizás el sentimiento de culpa me hizo llorar un poco. Aija nunca morirá. Aunque pierda a sus hijos por las leyes naturales y el afán de superación, seguirán naciendo aijinos. Y como dices bien: seguirán haciéndose aijinos. Mis tres hijos no conocen Aija, pero saben de ella y la quieren tanto como yo. Ellos se han hecho aijinos. Lamentablemente no llegué a conocerte. Me fui de Aija muy joven. Pero gracias a Internet pude regresar en tu espléndido poema a reconocer mi Aija querida. Recibe un saludo fraternal de un aijino adoptado.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu visita y el vuelo de tus palabras. Aija siempre espera, viva, bella y pacífica.

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  2. Aija, no te conozco pero comienzo a quererte ♥️

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  3. Imágenes, música, metáforas, elocuencia!

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  4. Mis respetos Rogger,describes Aija con tantos detalles con el título Aija eres Viva ,que sea el inicio tu poesía,por que se que tienes mucho que contar de esa pequeña perla ,que a pesar de épocas que golpeó a sus habitantes,con el terremoto,el terrorismo ,Aija Vive,es un milagro ,sera su fe a Shanticho ,Candelaria,los Imanes( que atrae)el Cerro Marcacoto,que se descubrió Peces Fósiles de 145 millones de años,es decir en esa época Aija era mar.Felicitaciones.Un fuerte abrazo imantado Eneto

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  5. Gracias Eneto, ¡Aija vive! Es realidad, a veces frustante, otras esperanzadora, pero siempre vigente. Mis letras tratan de decir lo que se ve, lo que vemos y a veces nos deja absortos, paralizados, mudos de tanta emoción o de tanta nostalgia.
    Gracias por la visita a esta página y vuelve pronto. Un abrazo.

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