AVISO IMPORTANTE


Los textos registrados y/o firmados por el autor del blog son de su propiedad. Está prohibido copiar, reproducir y/o usar comercialmente los mismos sin el permiso expreso y por escrito del autor. Cualquier uso no autorizado conlleva delito de apropiación ilegal de la propiedad intelectual. Las citas de otros autores están consignadas en los créditos.

En este sitio se usan cookies. De acuerdo a las leyes europeas, al entrar en este sitio usted acepta el uso de cookies.
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website.

jueves, 8 de julio de 2010

LA ROCKOLA


Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Música por Gal Costa: Chega de saudade (Jobim-Moraes)


Chega, de saudade
a realidade, É que sem ela não há paz...



La tarde anterior, durante la sobremesa del almuerzo, mientras daban cuenta del vino tinto, escucharon cantar a Gal Costa. No tardaron en hablar de Tom Jobim y, como siempre, discreparon. Habían muchas buenas canciones del maestro como para elegir una sola, pero decidieron que Chega de Saudade sería su canción.
Regresaron a la oficina prometiéndose ir el fin de semana a cenar en el departamento de él, después de comprar el disco.
No puedo decir mucho de ella. Apenas la conocía. Era era menuda, feliz y de cabello negro alborotado.

Esa misma tarde él vino jugar billar con nosotros. Nos contó su historia con todo detalle y hasta tarareó la canción. Bebimos abundante cerveza. Cuando se fue a casa había empezado la madrugada del sábado. Nosotros nos quedamos una hora más.

La resaca me despertó de pronto. Sed, dolor de cabeza, sed, dolor de cabeza. No, no era la resaca solamente. Era el timbre de la puerta. Encendí la luz: siete y siete minutos. El silencio estaba perdiendo la batalla. La poca luz invernal y un frío viento súbito me terminaron por abofetear.
Otra vez el timbre. Me puse el sobretodo y salí. Tras el ojo mágico la deforme cara de Lorenzo me apuró.

Han pasado cinco años. Alguien en la rockola del café-bar ha hecho girar Chega de saudade. Mi amigo y su joven diosa de quien no recuerdo el nombre han regresado a mi memoria, otra vez cabalgados sobre ese frío tan suyo y tan repentino. Chega de Saudade trae consigo una sepia fotografía de ellos riéndose mientras se miran con absoluta pertenencia, libres ya de los tormentosos dilemas de la existencia humana, que por fuerza tuvimos que entender.


DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2007 Rogger Alzamora Quijano

2 comentarios:

  1. Chega de saudades de suas palavras! Me encantó volver a leerte, estaba con mucha MAS MUITA SAUDADE! Cuidate!

    ResponderEliminar
  2. Tengo la impresión de haberle leído antes, con otro final, quizá sólo es un déjà vécu, un error de la memoria, ¿o no?
    Preciosa la frase inicial:
    Basta ya de la nostalgia
    la realidad es que sin ella no hay paz.

    ResponderEliminar